Estimada Maestra:

Soy Catherine Earnshaw. Me dijo Joseph que ya te habían informado de que todo lo que sucedió en el juicio era falso, una estrategia para capturar al nigromante Riak, y quería comunicarte mis disculpas, Narshel, por no haberte dicho nada. Lo siento, realmente lo siento. Habría preferido no tener que participar nunca, pero ya no tiene sentido pensar en lo que habría pasado. Lo que ya está hecho, no se puede cambiar.

No he podido escribirte, ni comunicarme con nadie por orden del Concilio. Te echo de menos, Maestra, y echo de menos tu escuela, la Torre, lugar del que desearía no haberme ido nunca. No sé si lo sabrás, pero estoy convaleciente en la Fortaleza de Aryewïe. No puedo desplazarme a la Torre y sería un honor poder recibir tu visita; para mí, al igual que para todos tus alumnos, has sido como otra madre, y en estos últimos meses habría dado cualquier cosa por contar con tu protección y tu amable consejo. Aunque comprendo que no desees venir, o que las obligaciones como Señora de la Torre no te permitan dedicar tiempo a asuntos como este.

Por eso hay algo que quiero decirte. He pasado varios meses en la Escuela del Bosque Dorado y he salido de allí al borde de la muerte. Es cierto que la escuela es un antro de hostilidad y que no puedo esperar un buen trato. Pero ha sido más de lo que podía soportar. Joseph me ha pedido que guarde silencio. Me ha pedido que mienta. Y he estado callada, he hecho el esfuerzo de obedecer...

Pero Narshel, tienes que saberlo. Anaë'draýl y Shewë me han sometido a una tortura diaria, y no sé si yo he sido la única... Esa elfa es peor que cualquier nigromante. Desde que tiene el Secreto de la Oscuridad, para colmo de males, se vale de la magia negra para hacer cosas horribles. No voy a participarte lo que ocurrió la última noche que pasé allí, porque no soy capaz de soportar esos recuerdos, y no quiero pensar en ello. De lo contrario, no podría sobrevivir.

Solo puedo decirte que me torturó con hechizos que harían temblar al corazón más negro. Eso lo ha hecho una archimaga, una archimaga que ha ejecutado a otros magos por crímenes mucho menores, y sigue contando con todos los derechos. No puedes permitir que esto suceda, Narshel. Sé que mi destino no importa, y sé que la vida de una simple sanadora no puede ser un motivo para cambiar nada. Pero si esto lo ha hecho conmigo, puede hacerlo con otros. Ella está pudriendo el Concilio. Anaë'draýl la acompaña, y él es el Presidente.

Debes actuar, por ti, por la Torre, por todos. Por la Diosa. Las cosas de las que te acusaron en el juzgado no fueron nada en comparación con lo que puede salir de esa mente retorcida... Te pido ayuda, por el bien de todos.

Eres mi última esperanza, Narshel. Aunque sé que no existe la justicia. Me gustaría verte, Maestra, por esto y por el afecto que nos une desde el momento en que me instruiste en las sendas de la magia.

Lo último que quiero pedirte es información sobre lo que sucede en la Torre; necesito saber cómo está la escuela. Y necesito saber qué ha pasado con Crescent. Por favor. Me han dicho que ha desaparecido y solo pensar que  pueda haberle ocurrido algo malo... No quiero pensarlo. Dime que está bien.

Gracias por todo.

Un abrazo,
Catherine.

Estimada Narshel,

Se requiere urgentemente vuestra presencia esta noche en la sala de reuniones del Concilio.

Os esperamos,
Anaë'draýl.

Lamento el error de mis unidades en la batalla del lago mi lady... Isabella creyó oportuno usar la guardia que le preparé para atacaros, no se repetirá. No deseo ver caer las escuelas que alimentan a mi gente y engrosan mis filas, por ello os hago entrega de este envió:

- 200 armaduras.

- 150 escudos.

- 100 espadas.

- 800 rollos de pergamino en limpio.

- 600 plumas.

- 30 litros de tinta de primera calidad.

Me consta que tenéis a todos los aprendices del Lago allí así que aseguro un salvoconducto para ellos hasta que regresen a su legitima escuela.

[b][i]


Narshel te informo de que en los próximos meses llegara a la torre un joven, al que rescate hace poco, estaba prisionero en las montañas, cautivo por culpa de un grupo de magos negros.Me informaron de que tenían un dragón y querían vendérmelo,dejando  entrever que al igual que yo tenia un cuerpo humano, así que fui  a su encuentro y cuando comprobé que era cierto los mate y libere al chico, no creo que esos mequetrefes fueran capaces de hacer algo así y es de capital importancia averiguar quien se esta dedicando a hacer estas cosas, tarea de la que me encargare personalmente, por eso me veo obligado a confiarte al chico, eres la única persona con la que creo que estará a salvo,a salvo de del consejo, de la necravia, del juez y de la inquisición, cuando yo aparecí en la torre tu faltaste, te ruego que no falles esta vez



Rey de Innad,maestro de guardiadragones del mar,Yandrack