dentro de la arrogancia que caracterizaba  a aquel mago con poderes mentales Yandrack estaba tranquilo,considerando que habia posado ambos brazos sobre el propio Yandrack y el otro individuo, teletransportando a todos en las cercanias de una gran estructura, el joven aprendiz miro muy sorprendido todo lo que le rodeaba y no tardo en divisar al dragon, aquel al que le habian atado-¿y bien?  mas te vale que tu perro ladre-dijo Yandrack desapasionado y algo sarcastico

y por favor deja de hacer eso, tienes la mala costumbre de trasladar a personas sin previo aviso, menudas formas- dijo mientras se adelantaba para mirar al dragon con cara de pocos amigos-chst, y dice que soy como esta bestia de aqui...-su mente era una fabrica de sarcasmos mientras esperaba la respuesta de sus acompañantes

Dam Gurth:
El chico volvio a llamar perrito faldero a oga. Estaba empezando a cabrearme...
-Mira chaval, te he svado la vida y te he traido a mi casa, te enseñaré como buen maestro, y te ayudaré a recuperar tu memoria-dije tranquilamente-...Pero por muy dragón que seas, si incumples la primera regla de una escuela de alta hechizería, no te vas a librar de una maldición, que te torturará la mente hasta que te mates a ti mismo-infundé un hechizo mental de terror en mis palabras,-Entendido!?-le mire a los ojos destilando mi ataque mental.
-Bueno-dije cambiando mi tono de voz-, Este es Ogadrack, Riak, si no te importa,:podrias hacer algún hechizo de detección de nigromancia sobre mi colega?.-Dije señalando a oga, y poniendo especial énfasis en la palabra compañero, para revindicar que él era libre de seguirme o no, y que lo hacía porque eramos amigos.-y despues, en Yandrack?



off: se supone que fue el mismo nigromante quien alteró a oga, y transformó a yan, aunque aú nadie lo sab

Surgiendo de las sombras, apareció repentinamente Idolor. Se preguntó como había llegado allí, pero no lo recordaba. Acercándose a los presentes, alzó la voz y habló:

-Veo que varios jovencitos se han reunido aquí... Tan solo estaba buscando un digno rival para poder poner a prueba mi fuerza con la espada, pues hace mucho que no he tenido la oportunidad de hacerlo. Aunque creo que aquí no encontraré a nadie. -Su voz profunda y oscura tenía un eco extraño.

aquel hombre respondio  con amenazas de nuevo pero Yandrack se vio sorprendido por una sensacion de inquietud, era sin duda un truco de ese individuo y el joven tomo buena nota de las sensaciones provocadas por la mente-ojala saque algo en claro de todo esto- se dijo mientras el otro hombre(Riak) y el mentalista se ponian a discutir, por lo visto este no consideraba la posibilidad de que un joven aprendiz fuera en realidad un dragon, al oir estas palabras Yandrack se sintio visiblemente aliviado, aunque no supo por que


de pronto una figura vestida de negro interrumpio la charla, con una voz gutural y profunda hablo de buscar un digno oponente, inspiraba un respeto inexplicable, Yandrack lo ignoro en un primer momento mientras volvia a mirar al nigromante Riak-¿y ahora que? algo tienes planeado...

El elfo me respondió señalando a uno de ellos. Decía que él estaría encantado de luchar conmigo.
"¿Por qué estaba yo buscando pelea?... Ah sí... hacía como 100 años que no practicaba... Más motivos para no meterse en peleas... En fin..."
Mientras estaba pensando estas cosas oí una voz que decía:"¿Y ahora qué? Algo tienes planeado..." Normalmente no me habría llamado la atención, pero había algo en aquella voz que me resultaba particularmente familiar. Me acerqué algunos pasos y me fije en él. No lo conocía de nada, pero... aquellos ojos violeta... los había visto antes... hace mucho...
-¿Quién eres chico? O mejor dicho ¿qué eres? -hablé dirigiéndome al niño humano de pelo plateado.

Alguien mas entró en escena, un individuo oscuro, con voz penetrante que venia vuscando pelea..
le sondeé la mente, y aspectos esenciales como la raza y el nombre siempre se encuentran en la capa superficial de esta, así que los supe de inmediato, era un elfo, llamado Idolor y que buscaba pelea porque llevaba unos 100 años sin practicar.
me dirigí hacia él:
-De verdad crees que aquí no encontrarás ningún riva?a caso tienes alguna espada mágica que te ayude en la batalla, ante tu falta de páctica, Idolor?-sonreí tras decir su nombre, esperando su reacción...

OGADRACK

Dam, el chico dragon, y el señor de la fortaleza aparecen de la nada, mientras yo los observo espectante .
Apareció un nuevo individuo oscuro, que tambien habló con ellos, pidiendo un duelo a espadas, yo no dudaba en que dam lo perdiese.
Entoncees, Riak se acercó a mí, claramente apasionado e impresionado por ver a un dragón, aunque ello no  aumentó mi ego. Me preguntó que cómo me uní al Dios.
-Te respondería encantado Riak, pero ello conllevaria contarte algunas cosas  sobre dam, que quizás te llevarian a pensar mal de él. Sin embargo, como creo que puedes querer saber, te diré porqué pienso que el muchacho es un dragón, puesto a que una pregunta debe conllevar una respuesta:
...Hace cientos de años, un nigromante me encantó con magia negra, y luego me soltó. Recuerdo el olor de esa nigromancia, puesto que ante el mismo hechizo, hecho por un mago diferente, tiene cierto matiz que puedo apreciar. Pues bien, dicho matiz de dicho nigromante se encuentra en yandrack.Nunca olvidaré el olir de ese brujo. Y no solo es ese matiz el que detecto, sino tambien el aura de todo dragón, algo que nos hace capaz de detectarnos, esté envuelta en la magia que sea, eso, es claramente lo que me permite detectar sin duda alguna, lo que fue yandrack en su momento-dije mi historia sin vacilar, cerré y volvi a abrir mis parpados, clav3 mis ojos en loss suyos, mis ojos, que parecían absorver la luz

Yandrack oyo con escepticismo la respuesta de Riak, pero no dijo nada, entonces el extraño y dam comenzaron a hablar de nuevo pero para colmo aquel al que dam habia llamado idolor volvio a dirigirse a el-esto es el colmo- se dijo el joven mientras avanzaba hacia el extraño, habia ignorado a Riak que hablaba a su vez con oga


con tu permiso maestro, se que el ha pedido un combate a espadas y yo no tengo ninguna pero ya que parece conoerme me encargare yo de el- su voz sono neutra y desprovista de sentimientos, para realizar hechizos efectivos y rapidos era mejor no alterarse y esto era algo que Yandrack sabia de primera mano, asi que cuando volvio a dirigirse al extraño parecia la imagen misma de la calma, sus ojos violetas intentaron penetrar la oscuridad de un rostro que no se mostraria asi como asi

sigue hablando como si me conocieras y sere tu perdicion- y al decirlo el mismo creyo sus propias palabras-ahora habla¿de que me conoces?

Uno de ellos, el que parecía que confiaba más en sus propias fuerzas me preguntó si tenía una espada mágica que me ayude ante mi falta de práctica.
-Veo que tú eres uno de esos que pueden leer los pensamientos... -le dije- Mi espada no es mágica, ni necesita serlo. Muchos la han temido en los días antiguos, y muchos han huido al verla desnuda.
No había acabado de hablar aún cuando el más joven se dirigió a mi con un tono de orgullo y prepotencia. Parece que estaba deseoso de enfrentarse a mi. "Sigue hablando como si me conocieras y sere tu perdicion. Ahora habla ¿de que me conoces?"-dijo.
-¡Necio! -dije con tono grave e imponente- Ningún hombre puede matarme. ¿Acaso crees que serás tú más que todos los que lo han intentado antes de ti? No he dicho que te conozca...
No, su cara no la reconocía. Pero esos ojos...

Dam Gurth:
El tal Idolor dijo:
"-¡Necio! -con tono grave e imponente- Ningún hombre puede matarme. "
Lo que me dió una idea alocada que me hizo sonreir.
Desenvainé mi espada, y se la tendí a Yandrack:
-En ese caso, puesto que tienes tanta confianza en tí mismo, Idolor, no seré yo quien te venza, si ningún hombre puede matarte, él lo hará...-cuando Yandrack cogiese la espada, Namang reaccionaría ante su poder ígneo, lo cual podría turnar la batalla en su favor, y si hacía que se convirtiese en dragón, mucho mejor...

Ogadrack:
El nigromante me realizó varias preguntas, las cuales respondí así:
-Yo tengo 999 años, y ese nigromante me cogió nada más nacer. Yo vivía en las montañas de los dragones. Un día, durante mi sufrimiento, alguien llegó, y le llamó Elodin, un día hablé sobre ello con Dam, y me contó que en su pueblo, mientras vivía en la pobreza, había un loco que no paraba de hablar de nombres, la vida y la muerte, y que se llamaba igual. Lo más sorprendente de todo fue cierta historia que encontró en un libro de la biblioteca, en un libro de canciones para asustar a los niños ante la idea de ser nigromantes...

Habíamos aterrizado en el campo de entrenamiento, pero le había dicho a Newig que se subiese de nuevo a Astrick y se sujetase al cualquier cosa menos al dragón, que así se caería más rápido. Astrick empezó a volar cuando abrí la media cola y levantó algo de viento.
Aparecimos en las afueras del Templo del Dios, delante de Dam, Riak, el chico que llevó Dam en Oga (además de Oga) y un chico que no conocía. Bajé de Astrick con un ágil salto y me planté ante ellos, con una sonrisa.
-Hola a todos-les dije-. Dam, Riak-dije con una inclinación de cabeza-, desconocidos-dije riéndome.
Los miré, divertida.

Menuda escena se habia fraguado alli, por un lado el hombre llamado Riak y el dragon seguian enfrascados en su conversacion,mientras dam Yandrack e Idolor ofrecían otro espectaculo


-¡Necio!Ningún hombre puede matarme. ¿Acaso crees que serás tú más que todos los que lo han intentado antes de ti? No he dicho que te conozca... - dijo la alta figura con voz imponente, a lo que Yandrack respondio entrecerrando los ojos


si no me conoces y hablas de esa forma debo pensar que vas de farol....-las palabras de Yandrack no tenian objetivo alguno,solo era la calma antes de la tempestad, pero el mago mentalista hablo primero


En ese caso, puesto que tienes tanta confianza en tí mismo, Idolor, no seré yo quien te venza, si ningún hombre puede matarte, él lo hará...--dijo refiriendose a Yandrack, que, en un primer momento se extraño de que ese mago le ofreciera su arma para luchar pero lo dejo pasar puesto que su rival si estaba armado

solo por esta vez...- dijo mientras acertaba a empuñar la espada desde su mano derecha, al muchacho le resultaba extraño, nunca antes habia esgrmido una, pero habia algo mas, independientemente de que fuera un arma o no aquel objeto despedia un aura extraña, Yandrack no sabia si esto era normal o extraño en un objeto hecho para el combate pero decidio no pensar mas en ello o eso quiso creer

deja que recorra la espada- fue apenas un pensamiento tan fugaz que penso haberselo imaginado, parpadeo varias veces mientras apuntaba con el filo de la hoja a su rival y avanzaba lentamente hasta el sin poder girar la cabeza para ver quien habia llegado, alli en  la la oscuridad del submundo, menguados en poder y fuerzas ambos se enfrentarian de nuevo...

Había aparecido más gente en aquel sitio, pero Idolor ya no prestaba atención. El chico del pelo plateado se acercaba a él con la espada extendida. Idolor llevó su mano a la empuñadura de su espada.
-Ha pasado tanto tiempo...- dijo mientras desenvainaba una larga espada de acero negro -Te presento a Gurthang, Hierro de la Muerte. ¡Saluda, Gurthang...! Oh perdónale, a veces es muy tímida.
Después de estas palabras se pudo observar un brillo como de fuego en el filo de Gurthang... estaba sedienta de sangre. Idolor sujetaba la espada solamente con la mano derecha a pesar de su gran tamaño. Se retiró lentamente hacia un rincón más oscuro y allí espero que su contrincante se acercara.

Estaba feliz de haber volado sobre Astrick, teniendo en cuenta que antes casi no había podido hacerlo, porque Newig había querido bajar enseguida. Los miré a todo con curiosidad, como había hecho momentos antes Astrick, por eso nos llevábamos tan bien y compenetrábamos tanto. Después, me dirigí hacia Astrick y me recosté contra su costado, y  le invité a Newig que también.
-¿De dónde eres?-le pregunté de forma casual.
La verdad es que me sonaba un montón su nombre, pero no me acordaba de dónde.¿Nos conoceríamos ya? Sin embargo, otro asunto llamó de nuevo mi atención. La canción de Haiass se hacía más débil. Vacilé un solo momento, pero le pregunté a Dam por telepatía:
"¿Sabes de alguien que repare espadas?"