Después de un largo y agotador viaje he llegado por fin al que será por un tiempo mi hogar, ya extrañaba la luz del día, estar dos años en La escuela del Lago de la Luna ha hecho que olvidara lo que es despertar al amanecer y ver el cielo tan claro y hermoso. Lo que me deprime es que en esos dos años no he podido avanzar mucho, se me confunden los horarios y no me podía concentrar, por suerte estoy aquí ahora, para empezar de nuevo.

La torre es muy alta y elegante, me sorprende su cúspide es muy fina y se ve muy bien en medio de todo el valle, al entrar en esta vi a La señora de la Torre, es una dama muy seria y madura, estaba ocupada hablando con un aprendiz, lo bueno es que se percato de mi presencia y me dio la bienvenida, me pareció muy amable de su parte, por otro lado la torre estaba muy organizada, me entusiasmo mucho la idea de que viviría allí hasta que me sintiera segura de regresar a la otra escuela de alta hechicería.

No hay mucho que contar, todos iban por su lado, por lo cual me toco conocer la torre por mi parte...

Espero hacer amigos - Me dije en voz baja.

Llegué rápidamente en el vestibulo, pero no sin antes tropezar un par de veces por las escaleras. Tomé aire y miré a la persona que entró en la Torre.
Se trataba de una chica, no muy alta, de cabello corto y marron oscuro, igual que sus ojos. Llevaba con ella una mochila llena de pergaminos.
"Ay Diosa, !pero que linda es!" pensé emocionada.

Me acerqué a ella y le sonreí.
-Hola y bienvenida. Me llamo Tori Lightwalker, soy maga consagrada y tengo trece años.-le dije, aunque empecé a dudar de mi presenteción. Parecía como si quisiera halabarme a mi misma por el grado que tenía como maga.- ¿Y tú?

Ya estaba dispuesta a subir por las escaleras, aunque tenia mucha flojera de tener que subir hasta un piso tan alto, en ese momento se me acerco una chica se veía segura, me saludo, me dio la bienvenida y me sonrió...

Que chica tan amable- Pensé

Me contó que tenia 13 años como yo, y que era una maga consagrada, mi mayor sueño... desde aquel momento se convirtió en un icono de admiración para mi.

Mi nombre es Sawako, Sawako Adams, un gusto en conocerte, también tengo 13 años, veras soy nueva, no conozco el lugar me preguntaba si quizás tu podrías enseñarme un poco la torre y mostrarme mi habitación, te lo agradecería mucho. - Dije  

En aquel momento estaba temblando de nervios, no sabia que palabras utilizar para expresarme, típico de una nueva que no conoce nada ni nadie, por suerte esta chica se veía amable y parecía tener un corazón sincero.

Me acomode la mochila y espere su respuesta.

-Me sorprende un poco que tengas trece años como yo. Aquí he visto a pocos magos de nuestra edad o menores.-le comenté.
Cuando me pidió que le enseñara la Torre me sentí muy feliz. Era la primera vez que me decían algo así, bueno, no iba a darle la bienvenida a todos los nuevos alumnos ya que no tenía mucho tiempo, pero a los que si al parecer ya pasearon por la escuela.

-Bueno, primero déjame llevar esto por ti.-le dije mientras tomaba su mochila. Empecé por mostrarle la cocina, el comedor y bajamos al sótano.-Hace poco estuve aquí y te aseguro que sigo sin entender porque.-volvimos a subir y fuimos al primer piso, donde le mostré mi habitación.-Perdón, está un poco desordenada, pero es que tuve unos problemillas.-expliqué pensando en la herida que tenía en el brazo. Seguimos por el segundo piso y le enseñé la Biblioteca, en el tercero el Laboratorio de los Alumnos.

Pasamos rápidamente por la cuarta planta ya que ahí no había nada excepto habitaciones. En la quinta pasamos por la Enfermería y le dije que si no va ha llegar ahí antes de la prueba de Fuego, sería la segunda vez para ella justo después de la prueba. Al llegar a la sexta planta visitamos la Sala de Pruebas.- Aquí es donde van a tener lugar la pruebas para los alumnos.

Omití las presentaciones del sexto piso porque ahí estaba su habitación y sería el último lugar que visitaríamos por ese día, e hice lo mismo con el octavo. Al subir al noveno cogí de la mano a Sawako y me la llevé corriendo a las Almenas de la Torre.-¿A que es precioso?-le pregunté sobre el panorama que se veía desde ahí.-Mira, todo eso que ves es el Valle de los Lobos, aunque supongo que ya lo sabías, ¿no?

Suspiré cansada por haber subido tantas escaleras, pero hice el esfuerzo de seguir adelante. Llegamos al Observatorio del siguiente piso, y al último, donde están las Habitaciones Abandonadas.
-Bueno, mira. Esta es la habitación de la Señora de la Torre, Narshel. Luego su Despacho, su Laboratorio y por último esta habitación que tengo entendido que casi nunca se abre, ¿por qué? No lo se. Y ahora volvamos, querida Sawako.-le dije mientras bajábamos al séptimo piso. Cuando estábamos delante de la puerta de una habitación le dije un simple 'Bienvenida a tu habitación".

Off:

-A mi me sorprende que tu a esa edad ya seas una maga consagrada, veo que gran parte de tu vida la has dedicado a la magia.-dije
-Gracias por llevarla por mi, pero no es necesario que lo hagas

Al bajar al sótano me quede con la intriga de que había estado en un lugar tan oscuro y tenebroso ella sola, debe tener mucha valentía-pensé

Luego subimos a su habitación, no te preocupes- le dije al perdonarse por el poco desorden que había, al explicarme vi que toco suavemente su brazo, me imagine que tenia una herida, pero me contuve de preguntar.
Me mostró gran parte de la torre, me hablo sobre la prueba de fuego y me dio a entender de que esta seria difícil ya que terminaría en la enfermería. Luego fuimos a la sala de pruebas, donde tendría que enseñar mi aprendizaje a Narshel cuando estuviera lista.

-Si es precioso, es lo que mas me gusta de estudiar aquí.- le respondí
-Si, ya lo sabia, quise venir aquí para despejar mi mente, ya que en la Escuela del Lago de la Luna no me había ido nada bien, me fue difícil adaptarme a no ver nunca la luz del sol.-dije

También quede con la duda de porque nunca abrían la cuarta habitación.

Nos dirigimos a mi habitación, ya que esa era la mayor parte de la torre. Gracias le respondí, me gusto mucho la manera en que me mostraste todo, ya no me siento tan perdida.
Entre a mi habitación con Tori, que descargo mi mochila.
Mire a mi alrededor, es una habitación muy confortable y cómoda, simple pero bonita, me sentí a gusto en ella.
En el escritorio estaba mi túnica de primer grado y el libro de la tierra.

Bueno, pues tendré que empezar a aprender Arcano para entender este libro, no veo la hora de poder aprender magia- dije entusiasmada.