Javier de los Mares se encontraba reposando en la taberna de la norteña ciudad costera de Herg. El hidromiel corría sin cesar por las gargantas de los presentes,un pequeño grupo de trovadores tocaba música animada y voluptuosas mujeres danzaban por la sala, todo estaba bastante alegre y el capitán había dado permiso a sus chicos para que disfrutaran de un merecido descanso. Aquella ciudad no iba a ser asaltada por él ya que tenía una poderosa guardia y su barco no podía alcanzarla ya que quedaba en la desembocadura de un río estrecho que se encontraba amurallado, además por razones obvias no quería romper el buen rollo que había en el lugar, se giró y pidió al camarero una ronda más.



Tras ser servido bebió al tiempo de entrar una mujer encapuchada, esta se quedó en la puerta un momento antes de acercarse a la barra, al tomar asiento en uno de los taburetes se quitó la capucha dejando ver una mujer de pelos rubios, muy alta aunque con aspecto de ser joven, Javi siguió bebiendo e hizo caso omiso de la chica hasta que habló:



- Du! Gi meg en drink. Nå! -.

Parecía una dama de carácter fuerte, a su espalda Javier se percató de un arco junto a un carcaj, la joven se percató de que era observada, se giró, se abrió un poco el escote y dijo:

- ¿Es esto lo que quieres mirar? Bastard! -. Sacó una daga y se acercó para ponérsela en la entrepierna al pirata que no sabía bien como reaccionar, cuando sirvieron una pinta a la chica esta la cogió con su mano libre y bebió no sin antes cerrarse de nuevo el escote.

-Guarda eso,niña- dije en un tono tranquilo. Desde luego era una mujer con carácter, no como las habituales. Hice un gesto y dos de mis hombres, leales guerreros graduados en  Guardiadragones del Mar y apodados Los Dragones de las Arenas, se acercaron y colocaron detrás suya.- A no ser que quieras morir. Y no, solo me ha sorprendido tu acento


Cuando ella cogió su bebida con la mano libre yo la imite y bebí con ella. Seria una buena adquisición para mi tripulación o como minino al Culto de Mantus. Con la construcción de nuestro primer templo en Zhanthe me había dado ánimos a seguir predicando la fe de mi dios.

-¿Que te trae a esta taberna?Pareces buscar algo, aunque aun no se el que

La joven soltó su jarra ya acabada, cosa que sorprendió a Javier, la chica se relamió y guardó su daga, los dos chicos del capitán se relajaron un poco continuaron a lo suyo sin dejar de prestar atención a la chica, esta se rió y tras mirar de nuevo Javier se quedó pensativa unos segundos antes de decir:

- Sun... rises... -.

Salió de la taberna y desapareció en la niebla que daba la nieve al caer.


La noche evolucionó como cabía esperar, más bebida, más comida y mas prostitutas, a la hora de echarse en la cama Javier dejó su capa y su espada, se asomó a la ventana y suspiró cansado, cerró los ojos y tomó un vaso de agua templada, no era agradable pero le quitaría la resaca, se giró y se dirigió a su cama, al poner un pie sobre la misma se escuchó un pequeño ritmo de tambores, el pirata se quedó pensativo, inmóvil, escuchando...

Tras varios minutos de tambores escuchó el sonido de un cuerno y acto seguido fuertes gritos, se giró, se volvió a cazar y se asomó a la ventana, desde la cual se veía el río, había multitud de pequeños barcos extraños, decorados como dragones.



Estos barcos de casco bajo habían atracado a lo largo del río mientras la ciudad dormía, de ellos salían altos guerreros que atacaban e incendiaban por doquier. De una de las naves salió un proyectil de gran tamaño dirigido a la taberna, el capitán saltó a un lado para esquivar la balista que atravesó su habitación, incendiandolo todo a su paso, su amado barco por desgracia estaba más al sur, en el astillero siendo reparado. ¿Que haría ahora el joven comandante ante tan peligrosa madrugada?

¡Maldita sea!¡Nos atacan! En otras circunstancias, con mi barco en el muelle y mi tripulación, habría hasta disfrutado. Pero no era el caso. Solo yo y cuatro Dragones habíamos arribado el rió para inspeccionar la zona. Conociéndolos, ya se estarían preparando. Con mi espada desenvainada y el sombrero colocado, salí al pasillo donde ya me esperaban. Bajamos las escaleras y allí nos esperaban cinco asaltantes. Uno para cada uno. Todos eramos guerreros expertos así que no debían ser un problema. Nos enfrentamos a ellos entre las mesas y sillas, que eran pateadas y tronchadas durante la lucha, y comprobamos que también eran buenos guerreros, aunque no llegaban a nuestro nivel. Una vez los matamos comprobamos la sala encontrando al asustado tabernero detras de la barra.

-¿Sabes quienes son?Y lo mas importante,¿que quieren?- dije mientras le levantaba y le estampaba contra la pared- Ahora vas a hacer lo siguiente. Vas a bajar rio abajo, hasta el astillero y vas a gritar Viva Mantus y sus valientes hijos. Di a los que respondan que vengan aqui inmediatamente.


Entonces le solté y me dirigí a la ventana para ver lo que sucedía fuera. Fuego, sangre y lucha a espada y cuchillo. Eran bastante mas que nosotros y podríamos pasarlo muy mal.

-Bien,mis valientes. No tenemos nada que temer. Diez monedas de oro por enemigo muerto y confirmado. Cincuenta al primero que me traiga un prisionero.

Durante la batalla que removió aquel poblado muchos hombres fallecieron y todos los guerreros enemigos desvalijaban sus cuerpos y sus casas pero no tocaban ni a mujeres ni a niños, Javi vio a dos que trataban de matar a un hombre que defendía su hogar, el era pirata pero no podía permitir que ese hombre muriera así como así por lo que corrió a ayudarle.

Juntos acabaron con los dos enemigos y el ciudadano se retiró a la seguridad de su casa, Javi se encontró entonces solo, en aquella nevada calle a orillas del río, los barcos enemigos se encontraban atracados y pensó que tal vez incendiando alguno los atacantes huirían, corrió hacía el más cercano y al tocar su casco para saltar a bordo una flecha se hinco en su abrigo y le hizo caer, se giró raudo y se arrancó la manga al ver otra flecha que se clavó a pocos centímetros de su cabeza.

Al fondo de la calle surgió ella, la chica de la posada, seguida de ocho hombres que portaban los cuerpos inconscientes o sin vida de sus dragones de las arenas, la joven sonrió y se acercó un poco a él apuntándole con el arco. Javi la miró y desenfundo su espada, la joven sonrió y dijo:

- Monedas... doscientas, cuatro prisoners -.

Tensó su arco y le gritó:

- Nå kampen! -.

Soltó su proyectil y este se clavó a sus pies, la chica le guiño un ojo y la flecha estalló en forma de decenas de pequeñas espinas de hielo que entumecieron al pirata.

OFF: Draken esta AGOTADO, no peleara bien, los post de combate son acciones de tres segundos así que piensa bien lo que vas a hacer -.

Los Dragones de las Arenas, capturados. Desde luego esta gente era buena, pero la desgraciada de la taberna había cometido un grave error. Al dispararme el proyectil helado, que debería haber dejado bastante tocado a una persona normal, sirvió para que este viejo Hijo del Mar recuperara mis fuerzas e incluso algo mas. Ademas, tenia una espada mágica bastante buena.

-Yo que tu me rendia- dije al tiempo que me concentraba para controlar parte del agua del rió y lanzarselo contra ellos. Sabia que consumía energía física, pero al caerme parte del agua encima estaba seguro de que recuperaría bastante. Era bastante rápido y ademas estaba preparado para un posible ataque o contraataque de la mujer. Iba a aprender que con Aclaham no se jugaba.

El torrente de agua impacto de lleno sobre la arquera, sus aliados se ocultaron tras unos barriles y pudieron esquivar el golpe. Cuando el líquido se asentó no había ninguna mujer, cosa que sorprendió a Javier, gran error pues sin darse cuenta bajo sus pies se formó un charco del que salió la mujer materializándose propinándole un puñetazo en la barbilla, el pirata cayó al suelo al tiempo en que la mujer saltaba sobre él con los nudillos envueltos en hielo, comenzó a golpearle la cara hasta que el joven pirata perdió el conocimiento.

La mujer se levantó sonriendo e hizo una seña para que sus hombres le atraparan, le lanzó un beso al tiempo en el que un chorro de agua iba desde el río a su mano materializando su arco que se convirtió en hielo. Embarcaron a los prisioneros y la chica dijo:

- Jeg bare! Vi skal! -.


Javi despertó en el barco dragón, junto a aquellos gigantes de dos metros de altura mínima. sobre su pecho estaba apoyando los pies la mujer que parecía contenta y se mordía el labio divertida mientras veía brillar el botín, al percatarse de que el pirata se encontraba consciente retiró sus pies y le sonrió acercándose a pocos centímetros de su cara, le dio un golpecito en la frente y repitió:

- Sun rises... and fall -.

Se levantó y buscó una aguja de gran tamaño y comenzó a darle pinchazos en el brazo. Javi se miró, por alguna razón se encontraba muy cansado y no poía hacer magia, entonces vio que la mujer estaba haciéndole un tatuaje en el hombro.

Tatuaje:

Algo de especial tendría pues no era capaz de atraer magia, a los pocos segundos de pincharle la mujer acabó su obra, dejó la aguja y asintió sonriendo a Javi, se levantó y uno de aquellos nórdicos se acercó diciendo:

- ¡Kaptein Sif! -.

La chica le miró y comenzaron a hablar en su idioma, estaba claro que el nombre de esa mujer era o Sif o Kaptein, aunque lo último parecía más un título.


SITUACIÓN: Barco en medio del mar con quince hombres trabajando (contando la chica)
OFF: ESTAS ATADO PERO PUEDES INCORPORARTE E INTERACTUAR UN POCO

El olor a mar siempre era agradable para mi. Me sentía como en casa, solo que alguien había entrado y me había atado. Vi a la chica de nuevo, la mujer que me había capturado y a la que seguía sin entender. Iba a colgarla del palo mayor de La Dragona Roja en cuanto me liberara.

-¡Eh!¿Donde estamos y que has hecho con mis hombres?- le grite, aunque no tenia muchas esperanzas de que me contestara.

Al acercarse dando saltitos al agua la capitana suspiró y pisó una cadena, al dar otro saltó Javier cayó de bruces en la borda, el marinero que estaba hablando con ella dio dos tirones de la cadena tales que atrajeron al pirata junto a él que le agarró del cuello y se dispuso a golpearle pero con un movimiento de la mujer el guerrero se detuvo y lo dejó caer de nuevo en la borda para retirarse y seguir trabajando.

La capitana se volvió a sentar a su lado y le pisó el pecho, negó con la cabeza y sacó una esquirla de hielo, había atendido a los poderes de aquel enemigo y dejó caer una gota de agua en su garganta, le sonrió y vio como la tosía al ser de agua salada. La mujer se rió y se desperezó en el momento de entrar en una densa niebla.

A las pocas horas de viaje la niebla se disipó y llegaron a una orilla pedregosa, un fiordo. Los barcos encallaron con suavidad en las playas y los ataron con toda seguridad, al salir de la nave Javi vio que aquel lugar tenía un gran parecido con el norte pero todos los arboles eran más altos y gruesos, así como lo eran las gentes, Javier se sentía diminuto, tras él vio a otro de sus Dragones y no supo localizar a los otros tres. Fueron llevados a una de las paredes del fiordo, donde se veían unas recias construcciones, durante el paseo muchos hombres, mujeres y niños se asomaron a mirar el botín de aquellos saqueos.



Fueron llevados a una edificación que se empotraba dentro de las paredes de roca para ser aun más grande, allí se habían reunido todos los guerreros dejando el botín y los esclavos frente a un trono en el que había un hombre sentado que les miraba, este señor debía de medir casi tres metros y llevaba simples pero lujosos ropajes, todo muy practico. Tras muchísimo hablar los guerreros iban cogiendo algunas muestras del botín y se iban, al llegar el turno de los esclavos la mujer habló con el rey de forma muy seria, este acabó aceptando y se le entregó a la mujer la espada de Javi y al propio capitán que fue llevado de inmediato a una casa que debía ser de ella.



La casa no tenía demasiado, unas mesas, una cama, cocina con horno de brasas que debía de aprovecharse para calentar a los residentes, poco más, la mujer le señaló y señalo un par de peces, era evidente que quería que se los pelara.

Estaba claro que esta mujer paraba poco en casa, pues estaba practicamente vacia. Ademas debia sdr alguien de mucho prestigio y autorida, tal y como habia hablado al jefe. Me señalo un par de peces, supuse que para que se los pelase. Con un gruñido, cogi los peces y empece a pelarlo. Mientras, empece a susurrar una plegaria a Mantus en tyrio, el idioma de mi tierra.

-¡Oh, Mantus! Señor del Mar y Venganza. He dedicado media vida a tu servicio, pero ahora estoy encadenado. Prometo escapar y purgar la deshonra de mi confinamiento. No pido ayuda para mi, pero si te imploro dos cosas. Larga vida a mis Dragones de las Arenas, fervientes creyentes y luchadores de la Causa, y vientos guiados para La Dragona Roja, para que nos encuentre tras nuestra fuga.¡Oh,Mantus!

Termine la oracion al mismo tiempo que mi tarea, por lo que observe detenidamente el lugar en busca de algun arma o forma de escapar. Si bien habia ventanas por las que escapar,las unicas armas las tenia la mujer. La odiaba con toda mi alma. Me habia vencido igual que el Angel. Claro, que esta vez yo tambien habia usado trucos. Me quede alli parado, esperando intrucciones o una oportunidad

Al acabar la tarea la mujer se acercó a él y miró los peces unos segundos, los cogió y llevó consigo a Javier, puso los peces en una plancha de acero con algo de aceite cuyo origen era desconocido para el pirata, a los pocos minutos la comida estaba lista y la mujer cogió un plato para comerse uno de los dos animales. Le dio dos bocados y miró a su esclavo, dejó el plato, se levantó, puso el pescado sobrante en él y se lo tendió. Le dio una colleja para que comiera y ella continuó haciéndolo.

A los pocos minutos de empezar a comer empezó a caer una lluvia torrencial, la mujer miró por la ventana y se le puso una mirada nostálgica pero se recuperó al instante al ver que el pirata le miraba.

- spiser -.

Javier pudo entender esa palabra solo por el tono que había puesto la chica: ''Come''.

Mire con rabia a la mujer tras la orden y empece a comer el pescado. Estaba tan ocupado pensando en una manera de escapar que no lo estaba saboreando. Si me enfrentaba a ella tenia todas las posibilidades de volver a perder, por lo que no lo veía factible. También empece a pensar como destruir el pueblo entero y al final llegue a la conclusión que lo mejor era un bombardeo intensivo con los cañones de La Dragona Roja. Pero antes tenia que llegar hasta ella. Aprovechando que se distrajo un momento para comer, levante mi plato rápidamente y se lo estampane en la cabeza. Acto seguido me dirigí hacia la ventana mas cercana y salte para escapar. Después iría a buscar a los Dragones supervivientes y huiríamos robando un barco aprovechando que mi espada no podía alejarse mucho de mi sin volver a mis manos. Era nuestra única esperanza. En caso de que me pillara, procuraría que se acordara de mi durante mucho tiempo.

Al salir de la casa casi cae por el risco pero pudo mantener el equilibrio, siguió corriendo por los tablones y las pasarelas sin encontrar a nadie mientras todo el agua caía sobre su cuerpo, llegó al puerto y se dispuso a subir a uno de los barcos de aquellas gentes pero se chocó de lleno contra la nada, se quitó el agua de la cara y se aclaró los ojos para ver la silueta de la mujer que negaba con la cabeza, el pirata jamás había visto algo igual, al entrar en contacto con el agua aquella dama se volvía invisible, el pirata se levantó solo para volver a caer al recibir un impacto en la nariz, se sintió cogido por la cadena de su cuello y fue arrastrado unos metros hasta que el mismo se obligó a seguir la fuerza que tiraba de él, regresó a la casa y lo primero que vio tras cruzar el umbral de la puerta fue a la mujer totalmente desnuda y seca, llena de tatuajes. Que se había girado para mirarle con odio, cerró la puerta con llave, volvió a negar con la cabeza y con su plato le golpeó en la cabeza al pirata que cayó de rodillas maldiciéndola.

La chica le quitó la cadena del cuello, se acercó a él y dijo:

- tú... ¿Name? -.

Mientras esperaba la respuesta la mujer se puso un jubón y una falda bastante cómoda, sin ropa interior advirtió Javier, que dedujo que solo el cuerpo en su pura esencia era el que reaccionaba al agua. Se tocó un poco la cabeza y retiró la mano al llegar a la zona donde el capitán le había golpeado, debía tener un chichón, respiró hondo y esperó la respuesta del arrodillado pirata.

Lo había vuelto a hacer. ¡Maldita sea! ¿Es que no se rinde nunca? El golpe del plato en la cabeza casi me hace perder el conocimiento. Estaba muy cabreado ya con esta situación. Me quito la cadena del cuello y me hizo una pregunta en su idioma extraño. Al principio no lo entendí, pero poco a poco entendí que me preguntaba mi nombre. Sonreí ante aquella situacion.

-Mi nombre es Aclaham de Tyris.Sacerdote de Mantus, siervo de su Gran Oscuridad el Dios, Terror de los Mares Garnalicos, Dragon de las Arenas y posiblemente heredero del Sultanato de Tyris. Tu me imagino que eres Kaptein Sif, aunque lo de Kaptein seguro que significa capitán.-dije mientras cambiaba mi tono a uno mas despreciativo.- Y cuando lleguen mis hermanos veremos quien se pone de rodillas ante quien

Seguramente ahora me golpearía de nuevo, la verdad es que ya lo estaba tomando por costumbre. No iba a rendirme tan fácilmente..

La chica escuchó atentamente todo lo que dijo Javier entonces escuchó su propio nombre y la amenaza del pirata, pero en vez de enfadarse se empezó a reír, una risa que por un lado daba miedo mientras que por otro sacaba el lado simpático de Sif. Volvió a negar con la cabeza y obligó al joven a levantarse, sacó una mano por una ventana y se volvió invisible, cuando la volvió a meter en la casa le echó el líquido en la cabeza al joven curando la herida del plato, se retiró cerró dicha ventana y de un cajón sacó dos espadas de madera, le tiró una al pirata y se puso en guardia, le guiñó un ojo y dijo:

- Ponme de... rodillas, Aclaham de Tyris -.

Se preparó para el combate y esperó la reacción del pirata.

OFF: CADA POST DE COMBATE DURA 3 SEGUNDOS.

No me esperaba para nada esa reacción de la mujer. La verdad es que me sentía algo indefenso con aquella espada de madera y pensé inmediatamente que ella podría partirla por la mitad de un solo golpe. Deseche la idea de inmediato. No podía empezar un combate pensado en la derrota. Balancee la espada hasta conseguir ajustarme a su equilibrio. Pesaba demasiado de atrás, ideal para ataques desde abajo, pero dejándome vendido si deseaba lo contrario. Como era costumbre bese la espada y me prepare para luchar. Lance un tajo de abajo a arriba desde la derecha, lo suficientemente potente para hacerla daño si la daba pero no lo suficiente para desequilibrarme. Acto seguido me coloque en posición defensiva, esperando un contraataque demoledor.

Sif no previó el golpe para esquivarlo pero lo detuvo a tiempo, tras un sonoro chasquido al chocar las armas la enorme mujer levantó su arma y la dejó caer con fuerza con intención de darle a Javier en el hombro derecho y así dejarle incapacitado para continuar la lucha, ella pretendía extender el combate los posible pero no se lo iba a poner fácil.

Sobrevivir allí no te dejaba ser un debilucho y aquel hombre debía demostrar que no lo era para permanecer con vida el máximo tiempo posible.

SITUACIÓN: Tajo descendente hacia el hombro derecho

Me habia parado el golpe y ahora contraatacaba con un tajo descendente. Sonrei, pues era precisamente lo que me imaginaba. No iba a bloquearlo, sino a esquivarlo para conseguir desequilibrarla. Y asi lo hice, colocándome a un lado suyo. Ahora me tocaba a mi, por lo que golpee el la parte posterior de la rodilla para conseguir que se cayera. Acto seguido lance un tajo horizontal que, de llegar a caerse, debería golpearla a la altura del brazo. Con esto pretendía desarmarla y ganar el combate. Luego ya me las ingeniaría para dejarla fuera de combate e internarme en la isla, pues la salida en un barco enemigo ya no era factible.