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Riak
Elfo
Nombre : Su-Riak de la Casa del Arce (Riak)
Escuela : Escuela del Bosque Dorado (ex-alumno), Maestro de la Fortaleza de Aressher (magia) y de Rossnatt (Transformación)
Bando : El Dios
Condición vital : Vivo, Kin-Shannay (Kai: Nessa)
Cargo especial : Maestro de Aressher (magia básica), Maestro de Transformación
Rango de mago : Nigromante, Especialista en Magia de Transformación
Clase social : Noble, destituido de su cargo como duque de la Casa del Arce, actual Duque de Nyx
Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 04/05/2011
Ajustando cuentaspor Riak, Lun Ago 15, 2011 10:58 pm
Mi cuerpo se materializó entre las sombras de la ciudad de Ereaten. Tras el tiempo pasado en el Laberinto de las Sombras —a causa de la traición de William—, necesitaba tomar contacto con el mundo real y respirar el aire puro; por eso estaba allí, en las calles de Ereaten, caminando sin rumbo pero, a la vez, pensando en mil destinos. Las cosas no iban a quedar así. Tarde o temprano, por unas razones o por otras, él volvería a verse tentado por los brazos de la oscuridad y, para entonces, me aseguraría de cobrar venganza. Solo quedaba darle un respiro al tiempo y esperar..., cosa que a mí, como consecuencia de mi longeva vida, no me resultaría nada difícil.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Ajustando cuentaspor William E. Arkwright, Lun Ago 15, 2011 11:07 pm
No era aquel uno de esos ajetreados días donde la multitud, agolpada en las calles, impedía el paso al cualquier transeúnte. Tampoco era hora punta; la luz del alba rayaba en el cielo y los ciudadanos apenas habían abierto los ojos. Sin embargo, yo era incapaz de dormir. Las últimas noches habían estado plagadas de pesadillas, algunas llenas de angustia y otras de remordimiento, pero todas hechas de la misma materia que conforma la frustración.
Doblé la esquina y enfilé un estrecho callejón que discurría entre dos casitas bajas, de tejado color ceniza. No podía imaginar lo que encontraría allí. Casi al final de la calle, con la espalda apoyada en la pared, estaba Riak.
—No... No es posible... —musité.
Él debía estar en el Laberinto de las Sombras; yo mismo había visto como se cerraba el portal con él dentro. No obstante, allí estaba. Y con un denso libro de magia entre las manos, el cual despedía un intenso halo de oscuridad.
Doblé la esquina y enfilé un estrecho callejón que discurría entre dos casitas bajas, de tejado color ceniza. No podía imaginar lo que encontraría allí. Casi al final de la calle, con la espalda apoyada en la pared, estaba Riak.
—No... No es posible... —musité.
Él debía estar en el Laberinto de las Sombras; yo mismo había visto como se cerraba el portal con él dentro. No obstante, allí estaba. Y con un denso libro de magia entre las manos, el cual despedía un intenso halo de oscuridad.
Riak
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Re: Ajustando cuentaspor Riak, Lun Ago 15, 2011 11:14 pm
Me alejé de la pared y caminé hacia él con los ojos entornados.
—¿Qué ocurre, maldito traidor? —dije, enfadado—. ¿Me creías muerto a estas horas?
Salvé la distancia y me detuve a unos pocos palmos. Clavé mis ojos en los suyos y, por un momento, creí ver en ellos un deje de temor. Genial. Acaricié el Ars Sacratorum con delicadeza y luego volví a centrar mi atención en William.
—Siento defraudarte... Afortunadamente, otra persona ha podido enmendar tu error. —Hice una pausa—. Perdona, ¿he dicho error? Creíste ser más inteligente que yo, pero ya ves —alcé el libro de nigromancia—, aquí tengo el Ars. En mi poder; preparado para ejecutar la venganza que me corresponde llevar a cabo...
—¿Qué ocurre, maldito traidor? —dije, enfadado—. ¿Me creías muerto a estas horas?
Salvé la distancia y me detuve a unos pocos palmos. Clavé mis ojos en los suyos y, por un momento, creí ver en ellos un deje de temor. Genial. Acaricié el Ars Sacratorum con delicadeza y luego volví a centrar mi atención en William.
—Siento defraudarte... Afortunadamente, otra persona ha podido enmendar tu error. —Hice una pausa—. Perdona, ¿he dicho error? Creíste ser más inteligente que yo, pero ya ves —alcé el libro de nigromancia—, aquí tengo el Ars. En mi poder; preparado para ejecutar la venganza que me corresponde llevar a cabo...
William E. Arkwright
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Re: Ajustando cuentaspor William E. Arkwright, Lun Ago 15, 2011 11:22 pm
Resoplé. Ahora lo único que me quedaba era intentar calmar sus ánimos, al fin y al cabo no tenía nada que hacer contra un nigromante.
—No fue culpa mía, Riak. Hice lo que estaba en mi mano para mantener el portal abierto; yo era el primer interesado en conseguir ese libro... —Tragué saliva—. Fue un mago..., un mago oscuro, no sé quién era... Él me atacó y no pude hacer nada. —Suspiré—. Pero eso ya no importa. Tú te has salvado, tienes el libro. Y yo estoy aquí...
Contemplé la cubierta del Ars por largo rato, como si intentara descifrar los hechizos contenidos en sus páginas con una sola mirada. El inmenso poder de aquellas páginas me atraía como la miel a las abejas; con el libro en mis manos podría realizar todo cuanto deseara, hasta lo más descabellado... Podría cumplir el objetivo que siempre quise conseguir: tener a Cathy.
Era mi única oportunidad; no podía dejarla pasar.
—Podemos seguir con el trato. Ya no hay nada que lo impida... Yo te ayudé a conseguir el Ars y ahora falta que me dejes usarlo, bastará una sola vez... —le expliqué, deseando que mis palabras surtieran efecto.
—No fue culpa mía, Riak. Hice lo que estaba en mi mano para mantener el portal abierto; yo era el primer interesado en conseguir ese libro... —Tragué saliva—. Fue un mago..., un mago oscuro, no sé quién era... Él me atacó y no pude hacer nada. —Suspiré—. Pero eso ya no importa. Tú te has salvado, tienes el libro. Y yo estoy aquí...
Contemplé la cubierta del Ars por largo rato, como si intentara descifrar los hechizos contenidos en sus páginas con una sola mirada. El inmenso poder de aquellas páginas me atraía como la miel a las abejas; con el libro en mis manos podría realizar todo cuanto deseara, hasta lo más descabellado... Podría cumplir el objetivo que siempre quise conseguir: tener a Cathy.
Era mi única oportunidad; no podía dejarla pasar.
—Podemos seguir con el trato. Ya no hay nada que lo impida... Yo te ayudé a conseguir el Ars y ahora falta que me dejes usarlo, bastará una sola vez... —le expliqué, deseando que mis palabras surtieran efecto.
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Re: Ajustando cuentaspor Riak, Lun Ago 15, 2011 11:39 pm
Musité un par de palabras y una esfera pedregosa cruzó la cara de William, abriéndole una herida en el labio y rasgándole la mejilla.
—Imbécil —lo insulté—; cuéntale a otro tus penas. Con la pelirroja desmemoriada y al borde de la muerte, no hay nada que me resulte beneficioso en tu oferta. Tal vez otrora me habría compadecido de tu dolor..., pero quien traiciona a un nigromante, no puede esperar recibir ningún tipo de ayuda.
Podría haberlo matado en aquel mismo instante, pero algo me dijo que no debía hacerlo. Su momento llegaría, mas sería en otra ocasión y, quizás, a otras manos. A pesar de todo, sus principios seguían siendo frágiles; no tardaría mucho en caer en la tentación.
Le di la espalda y me desvanecí en una nube de humo negro.
—Imbécil —lo insulté—; cuéntale a otro tus penas. Con la pelirroja desmemoriada y al borde de la muerte, no hay nada que me resulte beneficioso en tu oferta. Tal vez otrora me habría compadecido de tu dolor..., pero quien traiciona a un nigromante, no puede esperar recibir ningún tipo de ayuda.
Podría haberlo matado en aquel mismo instante, pero algo me dijo que no debía hacerlo. Su momento llegaría, mas sería en otra ocasión y, quizás, a otras manos. A pesar de todo, sus principios seguían siendo frágiles; no tardaría mucho en caer en la tentación.
Le di la espalda y me desvanecí en una nube de humo negro.
William E. Arkwright
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Re: Ajustando cuentaspor William E. Arkwright, Lun Ago 15, 2011 11:52 pm
Me llevé la mano a la boca y limpié la sangre. El ataque y sus palabras habían conseguido enfurecerme pero, cuando me dispuse a atacarle, Riak ya se había marchado.
—¡Mejor te hubieras muerto en el Laberinto! —exclamé, aunque él ya no podía escucharme.
Empecé a hilar el conjuro de curación y la herida fue cicatrizando lentamente; tal vez tardara unas horas, o días, en cerrarse del todo. Mi oportunidad se había extinguido para siempre... Cathy, Cathy, tendría que resignarme a perderla... O quizás...
Una sonrisa se dibujó en mis labios. Aún quedaba una opción. Era una locura, una imposibilidad, pero tenía que intentarlo. Si había tres Ars en el mundo, estos podrían estar en otras manos.
Sin más dilación, desaparecí de Ereaten y emprendí el viaje.
—¡Mejor te hubieras muerto en el Laberinto! —exclamé, aunque él ya no podía escucharme.
Empecé a hilar el conjuro de curación y la herida fue cicatrizando lentamente; tal vez tardara unas horas, o días, en cerrarse del todo. Mi oportunidad se había extinguido para siempre... Cathy, Cathy, tendría que resignarme a perderla... O quizás...
Una sonrisa se dibujó en mis labios. Aún quedaba una opción. Era una locura, una imposibilidad, pero tenía que intentarlo. Si había tres Ars en el mundo, estos podrían estar en otras manos.
Sin más dilación, desaparecí de Ereaten y emprendí el viaje.
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