Índice
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Mar Ago 16, 2011 5:50 pm
La isla de Eluveitie era el destino idóneo para escondernos. Se trataba de un pequeño islote perdido en medio del mar; nadie —o casi nadie— tenía constancia de su existencia. Yo, sin embargo, lo había descubierto mucho tiempo atrás, en una de mis numerosas travesías.
Aparecimos en la boca de una cueva pedregosa. Las olas llegaban hasta la entrada de la misma, restallando violentas contra las piedras. Cargué con Cathy hasta el interior de la cueva y la deposité en el suelo, dejando el Ars sobre una roca perfectamente plana. Las estrellas brillaban, imponentes, en el cielo; sus luces argentadas intentaban colarse en la caverna, pero no llegaban a conseguirlo, sumiéndonos en una penumbra acogedora.
—Espero que haya funcionado —musité.
Invirtiendo el orden de las runas mágicas, deshice el conjuro de sueño que pesaba sobre la pelirroja.
Última edición por William el Mar Ago 16, 2011 6:37 pm, editado 1 vez
Aparecimos en la boca de una cueva pedregosa. Las olas llegaban hasta la entrada de la misma, restallando violentas contra las piedras. Cargué con Cathy hasta el interior de la cueva y la deposité en el suelo, dejando el Ars sobre una roca perfectamente plana. Las estrellas brillaban, imponentes, en el cielo; sus luces argentadas intentaban colarse en la caverna, pero no llegaban a conseguirlo, sumiéndonos en una penumbra acogedora.
—Espero que haya funcionado —musité.
Invirtiendo el orden de las runas mágicas, deshice el conjuro de sueño que pesaba sobre la pelirroja.
Última edición por William el Mar Ago 16, 2011 6:37 pm, editado 1 vez
Catherine
Humana
Nombre : Catherine Earnshaw Bennet
Escuela : La Torre, Fortaleza de Aryewïe
Bando : La Diosa
Condición vital : Viva
Rango de mago : Maga consagrada, Experta en Magia Curativa
Clase social : Plebeya
Mensajes : 228
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 30
Localización : La Torre
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Catherine, Mar Ago 16, 2011 6:02 pm
Cuando abrí los ojos, algo en mí había cambiado. En aquel momento no podía percatarme de lo que estaba sucediendo; mi conciencia había sido relegada a un segundo plano para dejar mano libre a las intenciones de Will. Me incorporé y mis pupilas se clavaron en su rostro oscurecido por la penumbra.
—Will —musité, aunque realmente no era yo quien hablaba—. Te quiero, Will...
En ningún momento y bajo ninguna circunstancia la verdadera Cathy habría pronunciado tales palabras, todas mentiras; sin embargo, aquella vez no pude hacer nada para evitarlo. Mis labios se movían solos..., todas mis acciones estaban controladas por una fuerza muy superior a mi voluntad. Si hubiera sido consciente de algo, me habría horrorizado pero, por desgracia o por fortuna, apenas podía saber lo que estaba ocurriendo.
—Te quiero —repetí con voz átona.
—Will —musité, aunque realmente no era yo quien hablaba—. Te quiero, Will...
En ningún momento y bajo ninguna circunstancia la verdadera Cathy habría pronunciado tales palabras, todas mentiras; sin embargo, aquella vez no pude hacer nada para evitarlo. Mis labios se movían solos..., todas mis acciones estaban controladas por una fuerza muy superior a mi voluntad. Si hubiera sido consciente de algo, me habría horrorizado pero, por desgracia o por fortuna, apenas podía saber lo que estaba ocurriendo.
—Te quiero —repetí con voz átona.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Mar Ago 16, 2011 6:24 pm
El conjuro había funcionado. Contemplé a aquella nueva Cathy con dulzura, la cual musitaba las palabras que tanto anhelaba oír. Sus te quieros sonaban mecanizados y faltos de sentimiento, pero no me importó.
—Ya no hay nada que nos impida estar juntos.
Recorrí su mejilla con mis dedos y sonreí al ver que no ponía ningún impedimento. No sabía cuánto duraría aquel momento, ni lo que acontecería después, pero pensaba aprovecharlo al máximo.
—He soñado tantas veces con estar así…
Me aproximé a ella y la hice retroceder hasta que su espalda dio con la pared de la cueva. Solo entonces me atreví a buscar sus labios. Era la tercera vez que lo hacía, pero sentí aquel beso como si fuera el primero: al fin y al cabo, en esta ocasión, no opondría resistencia alguna.
—Ya no hay nada que nos impida estar juntos.
Recorrí su mejilla con mis dedos y sonreí al ver que no ponía ningún impedimento. No sabía cuánto duraría aquel momento, ni lo que acontecería después, pero pensaba aprovecharlo al máximo.
—He soñado tantas veces con estar así…
Me aproximé a ella y la hice retroceder hasta que su espalda dio con la pared de la cueva. Solo entonces me atreví a buscar sus labios. Era la tercera vez que lo hacía, pero sentí aquel beso como si fuera el primero: al fin y al cabo, en esta ocasión, no opondría resistencia alguna.
Catherine
Humana
Nombre : Catherine Earnshaw Bennet
Escuela : La Torre, Fortaleza de Aryewïe
Bando : La Diosa
Condición vital : Viva
Rango de mago : Maga consagrada, Experta en Magia Curativa
Clase social : Plebeya
Mensajes : 228
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 30
Localización : La Torre
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Catherine, Mar Ago 16, 2011 6:42 pm
—Y yo… —respondió el intruso que había usurpado mi pensamiento.
Will me besó y aquel beso logró desconcentrarlo un tanto del conjuro, pues conseguí mover ligeramente el cuello. Una lágrima, fruto de mi temor y desespero, brotó de mis ojos y ningún hechizo pudo controlarla. Él debió darse cuenta enseguida, porque al poco tiempo mi cuerpo volvía a desobedecer mis órdenes. Mi conciencia volvió a sumirse en su letargo y mis brazos rodearon el torso de Will.
Como un actor que se aprende de memoria su papel, mis labios volvieron a pronunciar palabra:
—Nunca estuve enamorada de él —afirmaron, con el mismo tono mecanizado.
Will me besó y aquel beso logró desconcentrarlo un tanto del conjuro, pues conseguí mover ligeramente el cuello. Una lágrima, fruto de mi temor y desespero, brotó de mis ojos y ningún hechizo pudo controlarla. Él debió darse cuenta enseguida, porque al poco tiempo mi cuerpo volvía a desobedecer mis órdenes. Mi conciencia volvió a sumirse en su letargo y mis brazos rodearon el torso de Will.
Como un actor que se aprende de memoria su papel, mis labios volvieron a pronunciar palabra:
—Nunca estuve enamorada de él —afirmaron, con el mismo tono mecanizado.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Mar Ago 16, 2011 7:30 pm
Sonreí al escuchar sus palabras; sonaban tan hermosas al ser pronunciadas con la dulce voz de Cathy… Por un momento creí perder el control del hechizo, pero no tardé en volver a someterla.
Recorrí su cuello con mis besos y tanteé su cintura poniendo cuidado en cada uno de mis movimientos, como si su túnica estuviera cubierta por las llamas de una hoguera recién encendida. Me perdí en el aroma de su melena de seda; afiné el oído y traté de seguir el pulso de su corazón, latiendo al ritmo de la vida. La abracé como nunca la había abrazado y sentí la calidez de su cuerpo descongelando el hielo que se interponía entre nosotros.
O eso quise creer.
Sabía que ella nunca llegaría amarme. Sabía que no quería estar en mis brazos y que, tarde o temprano, el tiempo acabaría arrebatándomela. Sabía que me estaba comportando como un miserable, que estaba causándole daño a la persona que más amaba… Sabía muchas cosas, pero aquella noche no recordé ninguna. En aquel momento solo una cosa tenía importancia: Cathy estaba conmigo, entonces, ¿qué mas daba el resto? Desterré de mi pensamiento todo vestigio de culpa y volví a besarla. Si alguien nos hubiera descubierto, dada la naturalidad con la que efectuaba mis actos, jamás se habría imaginado que los remordimientos luchaban por carcomerme el alma. Jamás… salvo por ese detalle que delata a todos los culpables.
No la miré a los ojos. Ni una sola vez.
—Te quiero… —musité junto a su oído.
Una sensación de regocijo se adueñó de mi interior cuando mis manos empezaron a reptar por su cuerpo, buscando explorar tierras que, hasta entonces, había creído prohibidas. Por un momento, deseé que Crescent pudiera observarnos. «Él nunca podrá hacer esto», pensé, triunfante, y mis dedos se perdieron entre los pliegues de su túnica.
Recorrí su cuello con mis besos y tanteé su cintura poniendo cuidado en cada uno de mis movimientos, como si su túnica estuviera cubierta por las llamas de una hoguera recién encendida. Me perdí en el aroma de su melena de seda; afiné el oído y traté de seguir el pulso de su corazón, latiendo al ritmo de la vida. La abracé como nunca la había abrazado y sentí la calidez de su cuerpo descongelando el hielo que se interponía entre nosotros.
O eso quise creer.
Sabía que ella nunca llegaría amarme. Sabía que no quería estar en mis brazos y que, tarde o temprano, el tiempo acabaría arrebatándomela. Sabía que me estaba comportando como un miserable, que estaba causándole daño a la persona que más amaba… Sabía muchas cosas, pero aquella noche no recordé ninguna. En aquel momento solo una cosa tenía importancia: Cathy estaba conmigo, entonces, ¿qué mas daba el resto? Desterré de mi pensamiento todo vestigio de culpa y volví a besarla. Si alguien nos hubiera descubierto, dada la naturalidad con la que efectuaba mis actos, jamás se habría imaginado que los remordimientos luchaban por carcomerme el alma. Jamás… salvo por ese detalle que delata a todos los culpables.
No la miré a los ojos. Ni una sola vez.
—Te quiero… —musité junto a su oído.
Una sensación de regocijo se adueñó de mi interior cuando mis manos empezaron a reptar por su cuerpo, buscando explorar tierras que, hasta entonces, había creído prohibidas. Por un momento, deseé que Crescent pudiera observarnos. «Él nunca podrá hacer esto», pensé, triunfante, y mis dedos se perdieron entre los pliegues de su túnica.
Catherine
Humana
Nombre : Catherine Earnshaw Bennet
Escuela : La Torre, Fortaleza de Aryewïe
Bando : La Diosa
Condición vital : Viva
Rango de mago : Maga consagrada, Experta en Magia Curativa
Clase social : Plebeya
Mensajes : 228
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 30
Localización : La Torre
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Catherine, Mar Ago 16, 2011 8:33 pm
«Te quiero», pronunció. Si hubiera podido, me habría reído de sus palabras.
Más tarde, cuando recobrara la conciencia (si la recobraba), el recuerdo de aquella noche poblaría todas mis pesadillas. Jamás había vivido una experiencia tan angustiosa como aquella; por momentos, Will perdía la concentración y yo contemplaba, horrorizada, cada uno de sus movimientos. Quise hacer algo pero mi cuerpo no respondía…
Viendo como única escapatoria posible el hecho de abandonarme al sueño, dejé de luchar contra el hechizo que controlaba mi mente. Al menos así no tendría que sufrir contemplando como el mago pasaba por alto mis deseos y hacía de mí lo que se le antojaba. «No puedo hacer nada… No puedo hacer nada…», me repetía mientras mi conciencia volvía a dormirse.
Escuché el rumor del mar a lo lejos y mis ojos húmedos se clavaron en el pedazo de cielo que podía verse desde mi posición. Busqué la más brillante de las estrellas y, antes de que el hechizo se potenciara, le supliqué que se compadeciera de mí y acabara, cuanto antes, con aquel maldito martirio.
Más tarde, cuando recobrara la conciencia (si la recobraba), el recuerdo de aquella noche poblaría todas mis pesadillas. Jamás había vivido una experiencia tan angustiosa como aquella; por momentos, Will perdía la concentración y yo contemplaba, horrorizada, cada uno de sus movimientos. Quise hacer algo pero mi cuerpo no respondía…
Viendo como única escapatoria posible el hecho de abandonarme al sueño, dejé de luchar contra el hechizo que controlaba mi mente. Al menos así no tendría que sufrir contemplando como el mago pasaba por alto mis deseos y hacía de mí lo que se le antojaba. «No puedo hacer nada… No puedo hacer nada…», me repetía mientras mi conciencia volvía a dormirse.
Escuché el rumor del mar a lo lejos y mis ojos húmedos se clavaron en el pedazo de cielo que podía verse desde mi posición. Busqué la más brillante de las estrellas y, antes de que el hechizo se potenciara, le supliqué que se compadeciera de mí y acabara, cuanto antes, con aquel maldito martirio.
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Crescent fon Wolfkrone, Mar Ago 16, 2011 9:26 pm
Estaba disfrazado de demonio. Tenía la piel pálida, de un color lavanda, que reflejaba bastante luz, como si fuera cerámica. Mis ojos eran de un color violeta oscuro, que parecían irradiar oscuridad allá donde iba. Mis cabellos eran más cortos, estaban algo alborotados, pero estaban peinados hacia atrás, como si esta fuera la melena de un león, dándome un aspecto agresivo y peligroso. De mis sienes salían dos cuernos que se curvaban hacia la parte trasera de mi cabeza, curvándose, otra vez, hacia la parte frontal, como si describieran ambos una C. Estos cuernos eran suaves al tacto, pero parecían estar gastados y su textura simulaba escamas. Mis orejas eran alargadas, como las de los elfos, pero mucho más alargadas, llegando hasta mi coronilla. Estaban algo desgarradas, y tenían varios pendientes sobre ellas. De mi espalda salían alas membranosas, y el final de mi médula se prolongaba hasta formar una cola. Llevaba una armadura de cuero, y hierro negro, que solo protegía partes vitales, de manera que simulaba un demonio peligroso, pero extraña y enfermizamente seductor.
Y Centella, mi caballo, tomaba él también un aspecto demoníaco. Sus ojos tornaron rojos y brillaban en la oscuridad, y su pelaje tornaron al negro de la noche y sus crines tornaron en una corona de llamas. De sus pezuñas salían llamas, también, pero su pelaje no ardía. Cuernos salían de su cabeza, también, y su cuerpo se hacía translúcido, dándole una apariencia fantasmal.
Así también ocurría con mi equipamiento, y probablemente, al transformarme en licántropo, también mantendría una apariencia infernal.
Atravesé difícilmente el mar en tormenta, y claramente me mojé, pero las llamas que surgían de Centella, por no ser reales, no se extinguieron. En dos horas llegué a la orilla, empapado, pero simplemente agité mi cabeza para eliminar el exceso de agua. Oí un ahogado "Te quiero" entre la tormenta y a lluvia, y, montando a Centella, alcé el galope hasta una cueva cercana. Lo desmonté, y con un sigilo innatural en mi, observé la escena, y todos mis temores se hicieron realidad.
Murmuré unas palabras y la luz de las velas tornaron en un color borgoña, y el aire se volvió innaturalmente frío, como cuando aparece un demonio del Plano Alto.
Cargando con un pesado espadón de hierro negro, decorado en la guarda con dos ojos, uno en cada lado, me abrí paso en la escena, dejando que mis ojos violetas se clavaran encima de William.
— Es un...placer...volver a verte, William Arkwright...— Al pronunciar su nombre dejé escapar una sonrisa placentera— Espero que no te enfades por irrumpir en...este momento tan íntimo que compartís tu y la joven a la que mantienes bajo un hechizo de control mental...
Y Centella, mi caballo, tomaba él también un aspecto demoníaco. Sus ojos tornaron rojos y brillaban en la oscuridad, y su pelaje tornaron al negro de la noche y sus crines tornaron en una corona de llamas. De sus pezuñas salían llamas, también, pero su pelaje no ardía. Cuernos salían de su cabeza, también, y su cuerpo se hacía translúcido, dándole una apariencia fantasmal.
Así también ocurría con mi equipamiento, y probablemente, al transformarme en licántropo, también mantendría una apariencia infernal.
Atravesé difícilmente el mar en tormenta, y claramente me mojé, pero las llamas que surgían de Centella, por no ser reales, no se extinguieron. En dos horas llegué a la orilla, empapado, pero simplemente agité mi cabeza para eliminar el exceso de agua. Oí un ahogado "Te quiero" entre la tormenta y a lluvia, y, montando a Centella, alcé el galope hasta una cueva cercana. Lo desmonté, y con un sigilo innatural en mi, observé la escena, y todos mis temores se hicieron realidad.
Murmuré unas palabras y la luz de las velas tornaron en un color borgoña, y el aire se volvió innaturalmente frío, como cuando aparece un demonio del Plano Alto.
Cargando con un pesado espadón de hierro negro, decorado en la guarda con dos ojos, uno en cada lado, me abrí paso en la escena, dejando que mis ojos violetas se clavaran encima de William.
— Es un...placer...volver a verte, William Arkwright...— Al pronunciar su nombre dejé escapar una sonrisa placentera— Espero que no te enfades por irrumpir en...este momento tan íntimo que compartís tu y la joven a la que mantienes bajo un hechizo de control mental...
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Mar Ago 16, 2011 9:53 pm
Las gotas de lluvia repiqueteaban contra las paredes de la cueva. Mis manos habían alzado la túnica de Cathy y apenas habían comenzado a tantear sus piernas cuando una voz interrumpió todos mis movimientos.
«Es un… placer… volver a verte, William Arkwright... Espero que no te enfades por interrumpir en… este momento tan íntimo que compartís tú y la joven a la que mantienes bajo un hechizo de control mental…».
Giré la cabeza y descubrí un par de ojos violetas que me miraban fijamente. Tomé a Cathy de la cintura y ambos nos alejamos de la pared. Bastó una segunda mirada para adivinar quién se había atrevido a interrumpirnos.
—Crescent…, ¿se puede saber qué demonios eres? —dije, jugando con el doble sentido de la palabra.
Parecía que el destino hubiera escuchado mis secretos deseos; no obstante, cuando Crescent llegó, me arrepentí de haber querido, tan siquiera un momento, que nos descubriera.
—Siempre apareces en el momento más inoportuno… Si quieres —contemplé a Cathy, la cual manipulé para que se acercara aún más a mí— hacernos un favor, lárgate por donde has venido… ¿No ves que estamos ocupados?
Mis palabras despedían puro veneno. No tenía la más remota idea de cómo se habría enterado, pero sabía lo del control mental de Cathy. «Esta vez no vas a quitármela. No ahora, después de lo que he luchado por conseguirla…», pensé y dejé que mis pensamientos llegaran hasta la mente de Crescent.
«Es un… placer… volver a verte, William Arkwright... Espero que no te enfades por interrumpir en… este momento tan íntimo que compartís tú y la joven a la que mantienes bajo un hechizo de control mental…».
Giré la cabeza y descubrí un par de ojos violetas que me miraban fijamente. Tomé a Cathy de la cintura y ambos nos alejamos de la pared. Bastó una segunda mirada para adivinar quién se había atrevido a interrumpirnos.
—Crescent…, ¿se puede saber qué demonios eres? —dije, jugando con el doble sentido de la palabra.
Parecía que el destino hubiera escuchado mis secretos deseos; no obstante, cuando Crescent llegó, me arrepentí de haber querido, tan siquiera un momento, que nos descubriera.
—Siempre apareces en el momento más inoportuno… Si quieres —contemplé a Cathy, la cual manipulé para que se acercara aún más a mí— hacernos un favor, lárgate por donde has venido… ¿No ves que estamos ocupados?
Mis palabras despedían puro veneno. No tenía la más remota idea de cómo se habría enterado, pero sabía lo del control mental de Cathy. «Esta vez no vas a quitármela. No ahora, después de lo que he luchado por conseguirla…», pensé y dejé que mis pensamientos llegaran hasta la mente de Crescent.
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Crescent fon Wolfkrone, Mar Ago 16, 2011 10:22 pm
— ¿Yo? Soy lo que dijiste: Un rompeparejas envenenador que colabora con Nigromantes. Oh, pero sí, como puedes observar, añadí mi toque personal carismáticamente demoníaco. ¿Te gusta? Bueno, no es eso de lo que quería hablar contigo.
Me acerqué a una mesa y me serví algo de vino en una copa de plata que Will probablemente habría creado de la nada. Tomé un trago del vino y mantuve la copa sujeta con tres dedos: El pulgar, el índice, y el corazón. Lancé una larga mirada a la cueva y tras eso la devolví a la "Parejita". Noté como éste acercaba, mediante simple fuerza de voluntad, a Catherine hacia él. Conociéndola bien, no lo habría hecho ni aunque le pagaran.
No estaba celoso, con las Negras Artes casi cualquiera podría conseguir lo que desease.
Pero sí solté una sonora carcajada al oír su voz invadir mi mente.
— ¿Por qué no retiras el hechizo de control mental y dejas a Catherine que decida por ella sola?
Tomé otro trago de vino y les lancé dos largas miradas, una a la chica y otra al chico, que llevaba encima un collar de esmeraldas y perlas, y lo reconocí al instante. Fruncí el ceño.
— Que sepas que no pienso repetirlo— Dejé caer la copa y desenfundé el espadón que llevaba colgado al hombro, y era aparentemente pesado. Mientras lo desenfundaba, quebré la roca de la caverna y corté a través de una mesita de madera como si fuese papel— Anula el hechizo, y probablemente tenga piedad contigo.
Me acerqué a una mesa y me serví algo de vino en una copa de plata que Will probablemente habría creado de la nada. Tomé un trago del vino y mantuve la copa sujeta con tres dedos: El pulgar, el índice, y el corazón. Lancé una larga mirada a la cueva y tras eso la devolví a la "Parejita". Noté como éste acercaba, mediante simple fuerza de voluntad, a Catherine hacia él. Conociéndola bien, no lo habría hecho ni aunque le pagaran.
No estaba celoso, con las Negras Artes casi cualquiera podría conseguir lo que desease.
Pero sí solté una sonora carcajada al oír su voz invadir mi mente.
— ¿Por qué no retiras el hechizo de control mental y dejas a Catherine que decida por ella sola?
Tomé otro trago de vino y les lancé dos largas miradas, una a la chica y otra al chico, que llevaba encima un collar de esmeraldas y perlas, y lo reconocí al instante. Fruncí el ceño.
— Que sepas que no pienso repetirlo— Dejé caer la copa y desenfundé el espadón que llevaba colgado al hombro, y era aparentemente pesado. Mientras lo desenfundaba, quebré la roca de la caverna y corté a través de una mesita de madera como si fuese papel— Anula el hechizo, y probablemente tenga piedad contigo.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Mar Ago 16, 2011 10:47 pm
—Catherine ya ha decidido —respondí; la furia empezaba a bullir en mis venas—. Hay cosas que ningún hechizo puede cambiar.
Esbocé una sonrisa burlona y, a fin de provocar a Crescent, volví a besarla. Concentré todos mis sentidos en hacer que ella respondiera con la misma pasión, pero no conseguí borrar la frialdad que dominaba todas sus acciones. Luego alcé la cabeza y lo fulminé con la mirada.
—No me desafíes —dije— y lárgate por donde has venido. Al fin y al cabo… tú eres el único intruso rompeparejas. Como siempre —añadí.
Extendí la mano y susurré unas palabras, las cuales hicieron que la roca y la mesita se reconstruyeran. Tomé el Ars en una de mis manos y le ordené a Cathy que se situara tras mi espalda. Alcé la cabeza y, procurando no perder la concentración del hechizo, hablé, de nuevo:
—Déjalo estar, Crescent. Es lo mejor para todos… —Lancé una mirada fugaz a la pelirroja—. Sabes que no le haría nada a Cathy… Nada, más que llenarla de amor.
Volví a sonreír.
Esbocé una sonrisa burlona y, a fin de provocar a Crescent, volví a besarla. Concentré todos mis sentidos en hacer que ella respondiera con la misma pasión, pero no conseguí borrar la frialdad que dominaba todas sus acciones. Luego alcé la cabeza y lo fulminé con la mirada.
—No me desafíes —dije— y lárgate por donde has venido. Al fin y al cabo… tú eres el único intruso rompeparejas. Como siempre —añadí.
Extendí la mano y susurré unas palabras, las cuales hicieron que la roca y la mesita se reconstruyeran. Tomé el Ars en una de mis manos y le ordené a Cathy que se situara tras mi espalda. Alcé la cabeza y, procurando no perder la concentración del hechizo, hablé, de nuevo:
—Déjalo estar, Crescent. Es lo mejor para todos… —Lancé una mirada fugaz a la pelirroja—. Sabes que no le haría nada a Cathy… Nada, más que llenarla de amor.
Volví a sonreír.
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Crescent fon Wolfkrone, Mar Ago 16, 2011 11:30 pm
Observé como se besaban tranquilo, pues noté la frialdad de Catherine.
— ¿Piensas acabar ya de besar a tu marioneta para poder matarte?
Simplemente, me quedé observándolos durante un buen rato, hasta que William, con el Ars Goetia entre sus manos, hizo que Catherine se colocara tras de él. Facilitaba mucho las cosas, sincero seré. Tomando el espadón con una mano, con asombrosa facilidad, miré fijamente a William. Si él pensaba usar magia, creedme, yo lo haría también. Pero tenía total confianza en mi superioridad, tanto física como mágica ante él.
Lo último que dijo no me conmovió mucho, sincero seré. De hecho, dejé mostrar una mueca de asco.
— Eh...Prefiero que eso te lo guardes para ti.
Simplemente, alcé el espadón y lo ondeé frente a mi, y un vendaval retiró todo el mobiliario innecesario. Fue un hechizo, que lo pronuncié en la mente, por que antaño estuve practicando horas y horas. Tras eso, con un rápido movimiento, salté hacia delante y lancé una fuerte estocada, rápidamente murmurando un hechizo que movería a Catherine si es que fallara. Y lo haría. Así que una corriente de energía movió a Catherine de detrás de William.
— ¿Piensas acabar ya de besar a tu marioneta para poder matarte?
Simplemente, me quedé observándolos durante un buen rato, hasta que William, con el Ars Goetia entre sus manos, hizo que Catherine se colocara tras de él. Facilitaba mucho las cosas, sincero seré. Tomando el espadón con una mano, con asombrosa facilidad, miré fijamente a William. Si él pensaba usar magia, creedme, yo lo haría también. Pero tenía total confianza en mi superioridad, tanto física como mágica ante él.
Lo último que dijo no me conmovió mucho, sincero seré. De hecho, dejé mostrar una mueca de asco.
— Eh...Prefiero que eso te lo guardes para ti.
Simplemente, alcé el espadón y lo ondeé frente a mi, y un vendaval retiró todo el mobiliario innecesario. Fue un hechizo, que lo pronuncié en la mente, por que antaño estuve practicando horas y horas. Tras eso, con un rápido movimiento, salté hacia delante y lancé una fuerte estocada, rápidamente murmurando un hechizo que movería a Catherine si es que fallara. Y lo haría. Así que una corriente de energía movió a Catherine de detrás de William.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Mar Ago 16, 2011 11:52 pm
La estocada falló y, rápidamente, me lancé a un lado, procurando mantenerme lejos de su alcance.
—¡Maldita bestia! —exclamé.
Abrí el Ars Goetia por una página cualquiera y pronuncié el primer hechizo que vi, el cual, si tenía éxito, empezaría a trazar heridas el cuerpo de la víctima hasta conseguir que muriera desangrado. Un conjuro cruel y despiadado..., justo lo que, a mis ojos, se merecía Crescent. Leí las runas trazadas en el libro y, al leerlas deprisa, estas sonaron como el siseo de una serpiente. Enfoqué casi toda mi atención en el hechizo y, cuando lo hube efectuado, volví junto a Catherine.
—¡Todo esto es tu culpa, Crescent! —grité mientras levantaba una barrera que protegiera a la joven—. ¡Tú me hiciste llegar a estos extremos! ¡Si no hubieras aparecido, nada de esto estaría ocurriendo!
—¡Maldita bestia! —exclamé.
Abrí el Ars Goetia por una página cualquiera y pronuncié el primer hechizo que vi, el cual, si tenía éxito, empezaría a trazar heridas el cuerpo de la víctima hasta conseguir que muriera desangrado. Un conjuro cruel y despiadado..., justo lo que, a mis ojos, se merecía Crescent. Leí las runas trazadas en el libro y, al leerlas deprisa, estas sonaron como el siseo de una serpiente. Enfoqué casi toda mi atención en el hechizo y, cuando lo hube efectuado, volví junto a Catherine.
—¡Todo esto es tu culpa, Crescent! —grité mientras levantaba una barrera que protegiera a la joven—. ¡Tú me hiciste llegar a estos extremos! ¡Si no hubieras aparecido, nada de esto estaría ocurriendo!
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Crescent fon Wolfkrone, Miér Ago 17, 2011 12:43 am
— ¿¡Bestia, has dicho!? ¡¡Aun no has visto nada, Hijo de perra!!
Fruncí el ceño al oir las runas que siseo en rápida sucesión. Se abrió un pequeño corte en mi mejilla, pero nada más. La Diosa estaba de mi lado. Y sabía que así no podía perder. Coloqué el espadón en posición horizontal, con el filo mirándome a mi, pero suavemente inclinado, de manera que pudiese leer las runas enmarcadas en el filo.
En medida que lo hacía, los bordes del espadón tomaron un brillo violeta, como mis ojos, y mi piel. Mientras leía las runas, llamas púrpuras se apoderaron del filo, iluminando la estancia con la luz enfermiza de los demonios, y dándole un toque siniestro a mi rostro.
Me acerqué, malhumorado, a William, y comencé a realizar un corte horizontal, cortando, verdaderamente, también la barrera que alzó él, dejando ningun rastro de protección sobre su cuerpo, pero no estorbé el hechizo que mantenía protegida a Catherine.
Alargué la mano violentamente y lo tomé por el cuello con una fuerza sobrehumana. Lo alcé a varios centímetros del suelo y lo lancé contra la pared que quedaba detrás de mi, asegurándome de que se golpeara la espalda. Lo miré con desprecio, girándome hacia él.
Fruncí el ceño al oir las runas que siseo en rápida sucesión. Se abrió un pequeño corte en mi mejilla, pero nada más. La Diosa estaba de mi lado. Y sabía que así no podía perder. Coloqué el espadón en posición horizontal, con el filo mirándome a mi, pero suavemente inclinado, de manera que pudiese leer las runas enmarcadas en el filo.
En medida que lo hacía, los bordes del espadón tomaron un brillo violeta, como mis ojos, y mi piel. Mientras leía las runas, llamas púrpuras se apoderaron del filo, iluminando la estancia con la luz enfermiza de los demonios, y dándole un toque siniestro a mi rostro.
Me acerqué, malhumorado, a William, y comencé a realizar un corte horizontal, cortando, verdaderamente, también la barrera que alzó él, dejando ningun rastro de protección sobre su cuerpo, pero no estorbé el hechizo que mantenía protegida a Catherine.
Alargué la mano violentamente y lo tomé por el cuello con una fuerza sobrehumana. Lo alcé a varios centímetros del suelo y lo lancé contra la pared que quedaba detrás de mi, asegurándome de que se golpeara la espalda. Lo miré con desprecio, girándome hacia él.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Miér Ago 17, 2011 1:10 am
El hechizo me impulsó hacia atrás y me hizo chocar contra la pared; no obstante, gracias a un rápido conjuro amortiguador, el impacto no tuvo consecuencias tan graves. Noté el frescor de la sangre recorriendo mi espalda; un hilo de aquel líquido rojo me descendió por la frente y se extendió rápidamente hasta mis labios, permitiéndome degustar su sabor.
Jamás, en los cuatro años que lo conocía, había visto aquella furia desmedida en él. Crescent, siempre tan pacífico, me miraba con desprecio y supe que tenía intención de matarme. Me puse en pie y volví a mirar a Cathy. El hechizo de control mental se debilitaba, pero no me preocupé tanto por él como por reforzar las barreras que la protegían.
Clavé mis pupilas en Crescent y me pregunté qué habría hecho yo si estuviera en su lugar; si hubiera sido yo quien lo descubriera a él haciendo, justamente, lo que yo había pretendido hacer con Cathy. «No me detendría hasta matarlo», concluí.
Escogí un conjuro cuyo fin era controlar la sombra de la víctima para que esta intentara matar a la misma. Extendí las manos y pronuncié las palabras; mi magia era cada vez más débil, no en vano estaba herido y debía mantener tres hechizos al mismo tiempo.
—Aún no sé… —comencé, limpiándome la sangre del rostro— qué hiciste para robarle el corazón de esa manera… ¿Sabes? Yo la he visto llorar..., la he visto llorar por ti cuando creía que nadie la veía... De verdad, no entiendo cómo pudo enamorarse de alguien... —esbocé una mueca— como tú.
Jamás, en los cuatro años que lo conocía, había visto aquella furia desmedida en él. Crescent, siempre tan pacífico, me miraba con desprecio y supe que tenía intención de matarme. Me puse en pie y volví a mirar a Cathy. El hechizo de control mental se debilitaba, pero no me preocupé tanto por él como por reforzar las barreras que la protegían.
Clavé mis pupilas en Crescent y me pregunté qué habría hecho yo si estuviera en su lugar; si hubiera sido yo quien lo descubriera a él haciendo, justamente, lo que yo había pretendido hacer con Cathy. «No me detendría hasta matarlo», concluí.
Escogí un conjuro cuyo fin era controlar la sombra de la víctima para que esta intentara matar a la misma. Extendí las manos y pronuncié las palabras; mi magia era cada vez más débil, no en vano estaba herido y debía mantener tres hechizos al mismo tiempo.
—Aún no sé… —comencé, limpiándome la sangre del rostro— qué hiciste para robarle el corazón de esa manera… ¿Sabes? Yo la he visto llorar..., la he visto llorar por ti cuando creía que nadie la veía... De verdad, no entiendo cómo pudo enamorarse de alguien... —esbocé una mueca— como tú.
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Crescent fon Wolfkrone, Miér Ago 17, 2011 4:17 pm
— Yo tampoco lo sé. Y otra cosa que tampoco se, es como llegaste a tales extremos para conseguir a Cathy...
Noté mi sombra alzarse tras de mi y no perdí tiempo. Nombré al viento y el viento me escuchó, pues una gran ventisca apagó toda vela y toda antorcha. Susurré unas runas arcanas y rocas y troncos y enredaderas bloquearon todo atisbo de luz que intentara pasar por la entrada. Finalmente, retiré el encantamiento que se cernía sobre mis ojos y murmuré otro, que me permitía ver en la oscuridad.
No gustaba reconocerlo, pero la oscuridad era mi aliada: Desde aquel "nefasto" encuentro con Amelia y Sask, mi alma aceptó parte de las tinieblas que esta me ofrecía: Lo bastante para tener control sobre la noche, pero también lo bastante para que la Nigromante no tuviese poder ni influencia sobre mi.
— Te enseñaré a tenerle miedo a la oscuridad...
Murmuré una orden y las mismas tinieblas apisionaron a William como si fuesen cuerdas, pero intangibles al tacto normal, pero volviéndose duras cuando alguien se lo ordenaba. Me encaminé hacia Will, quedándome a una distancia prudente.
Noté mi sombra alzarse tras de mi y no perdí tiempo. Nombré al viento y el viento me escuchó, pues una gran ventisca apagó toda vela y toda antorcha. Susurré unas runas arcanas y rocas y troncos y enredaderas bloquearon todo atisbo de luz que intentara pasar por la entrada. Finalmente, retiré el encantamiento que se cernía sobre mis ojos y murmuré otro, que me permitía ver en la oscuridad.
No gustaba reconocerlo, pero la oscuridad era mi aliada: Desde aquel "nefasto" encuentro con Amelia y Sask, mi alma aceptó parte de las tinieblas que esta me ofrecía: Lo bastante para tener control sobre la noche, pero también lo bastante para que la Nigromante no tuviese poder ni influencia sobre mi.
— Te enseñaré a tenerle miedo a la oscuridad...
Murmuré una orden y las mismas tinieblas apisionaron a William como si fuesen cuerdas, pero intangibles al tacto normal, pero volviéndose duras cuando alguien se lo ordenaba. Me encaminé hacia Will, quedándome a una distancia prudente.
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor William E. Arkwright, Miér Ago 17, 2011 4:46 pm
Intenté mover los brazos, pero no pude hacerlo. Crescent selló la cueva y apagó todas las luces; las tinieblas de su hechizo me inmovilizaron como cuerdas intangibles aunque perfectamente reales.
—Después de todo lo que ha sucedido, no hay nada que pueda darme miedo.
Agaché la cabeza y dejé de prestarle importancia a los conjuros que pesaban sobre Cathy; necesitaba todas mis energías para llevar a cabo un nuevo hechizo de mayores magnitudes. Cerré los ojos y me concentré en las rocas, troncos y enredaderas que bloqueaban la entrada. Susurré unas palabras arcanas a la velocidad del rayo y unas grietas empezaron a recorrer dichos objetos naturales, haciendo que estos se desintegraran en unos minutos. La luz de las estrellas volvió a iluminar la caverna, y la sombra de Crescent a aparecer, pero no sucedió nada: el conjuro había sido anulado.
Volví a mirar a Cathy. «Nada será en vano», pensé. Luego mi mirada regresó a Crescent y sonreí. Pasara lo que pasase después, me quedaba el consuelo de haber llegado más lejos que él y pensaba restregárselo en la cara.
—¿Sabes? Las piernas de tu chica son tan suaves… —dije en tono socarrón, esperando ver su reacción— y el perfume de sus labios, tan dulce…
Después de aquel comentario, clavé mis ojos en el mar y dejé que la magia fluyera por mis venas. No podía moverme, y eso complicaba la ejecución del hechizo, pero no me amedrenté. El agua era mi elemento…, mi última esperanza.
Las olas cobraron fuerza y usé todas las energías que me quedaban para alzar una mole de agua, la cual se abalanzó sobre nosotros. Esta se transformó en decenas de estacas hechas de la misma materia que buscaron abatir el cuerpo de Crescent. Las manipulé para que solo lo alcanzaran a él, pero algo no debió salir como esperaba, pues el agua (si bien, para mí y Cathy resultaría inofensiva) bañó todos los rincones de la cueva.
—Después de todo lo que ha sucedido, no hay nada que pueda darme miedo.
Agaché la cabeza y dejé de prestarle importancia a los conjuros que pesaban sobre Cathy; necesitaba todas mis energías para llevar a cabo un nuevo hechizo de mayores magnitudes. Cerré los ojos y me concentré en las rocas, troncos y enredaderas que bloqueaban la entrada. Susurré unas palabras arcanas a la velocidad del rayo y unas grietas empezaron a recorrer dichos objetos naturales, haciendo que estos se desintegraran en unos minutos. La luz de las estrellas volvió a iluminar la caverna, y la sombra de Crescent a aparecer, pero no sucedió nada: el conjuro había sido anulado.
Volví a mirar a Cathy. «Nada será en vano», pensé. Luego mi mirada regresó a Crescent y sonreí. Pasara lo que pasase después, me quedaba el consuelo de haber llegado más lejos que él y pensaba restregárselo en la cara.
—¿Sabes? Las piernas de tu chica son tan suaves… —dije en tono socarrón, esperando ver su reacción— y el perfume de sus labios, tan dulce…
Después de aquel comentario, clavé mis ojos en el mar y dejé que la magia fluyera por mis venas. No podía moverme, y eso complicaba la ejecución del hechizo, pero no me amedrenté. El agua era mi elemento…, mi última esperanza.
Las olas cobraron fuerza y usé todas las energías que me quedaban para alzar una mole de agua, la cual se abalanzó sobre nosotros. Esta se transformó en decenas de estacas hechas de la misma materia que buscaron abatir el cuerpo de Crescent. Las manipulé para que solo lo alcanzaran a él, pero algo no debió salir como esperaba, pues el agua (si bien, para mí y Cathy resultaría inofensiva) bañó todos los rincones de la cueva.
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Crescent fon Wolfkrone, Miér Ago 17, 2011 6:22 pm
— Nunca me debiste subestimar.
Llamé al viento, a los vendavales y a las ventiscas, a las dulces brisas de primavera y a los fuertes huracanes veraniegos. Llamé a tornados y a ciclones, a monzones y vendavales. Y llamé nuevamente al viento que recorría el mundo, que permitía a las plantas crecer y que permitía a los barcos navegar. Una corriente de aire giratorio, como un tornado, se formó a mi alrededor, y no dejó que nada sobrepasara su barrera aérea.
El agua giraba a su alrededor del tornado, que giraba con fuerza y potencia, con tanta fuerza que eliminó parte del techo de la caverna. Mejor dicho: Lo arrancó de cuajo. Si el tornado estuviese rodeado por llamas, la columna ardiente se hubiere visto desde la misma torre. Se notaba el odio en mi mirada, y se podía notar las ganas de matar en mi voz.
Di un paso al frente acercándome a William, mis cabellos alzados hacia el cielo, al igual que varios trozos de tela que decoraban mi armadura. Di otro paso, alzando una mano, una llama púrpura apareciéndose en esta, que lancé hacia el tornado, que se cubrió de llamas púrpuras, tan fuertes que pronto evaporaron todo el agua de la caverna.
El viento quedó quieto, y quedó entre nosotros un silencio sepulcral, hasta que mis ojos volvieron a brillar con su brillo normal.
— ¿No temes a nada? Hay algo a lo que sí temes...¡Permíteme mostrarte las puertas de la muerte, hijo de mala hembra!
Solté un gruñido gutural mientras lentamente el seductor rostro de demonio que tenía iba alargándose hasta tornarse en un hocico, mis apéndices se alargaban y mi cuerpo se cubría de pelaje negro, con diseños púrpuras. Dos pares de cuernos salieron de mis sienes, unos curvados, como en mi forma humana, y otros en espiral, como los de unicornio, pero en dirección contraria al primer par. Mis colmillos se alargaron bastante, y el resto de la dentadura acabó en punta. En mi frente había dibujado en el pelaje una mancha similar a un tercer ojo, púrpura, a diferencia de mis ojos reales. Rojos. Rojos. Sin pupila, todo iris. De mi espina dorsal salían pinchos, y mis garras estaban muy afliadas. Pronto dirigí mi mirada a William. Salté hacia él, con las fauces abiertas, y clavé mis colmillos en su cuello.
Llamé al viento, a los vendavales y a las ventiscas, a las dulces brisas de primavera y a los fuertes huracanes veraniegos. Llamé a tornados y a ciclones, a monzones y vendavales. Y llamé nuevamente al viento que recorría el mundo, que permitía a las plantas crecer y que permitía a los barcos navegar. Una corriente de aire giratorio, como un tornado, se formó a mi alrededor, y no dejó que nada sobrepasara su barrera aérea.
El agua giraba a su alrededor del tornado, que giraba con fuerza y potencia, con tanta fuerza que eliminó parte del techo de la caverna. Mejor dicho: Lo arrancó de cuajo. Si el tornado estuviese rodeado por llamas, la columna ardiente se hubiere visto desde la misma torre. Se notaba el odio en mi mirada, y se podía notar las ganas de matar en mi voz.
Di un paso al frente acercándome a William, mis cabellos alzados hacia el cielo, al igual que varios trozos de tela que decoraban mi armadura. Di otro paso, alzando una mano, una llama púrpura apareciéndose en esta, que lancé hacia el tornado, que se cubrió de llamas púrpuras, tan fuertes que pronto evaporaron todo el agua de la caverna.
El viento quedó quieto, y quedó entre nosotros un silencio sepulcral, hasta que mis ojos volvieron a brillar con su brillo normal.
— ¿No temes a nada? Hay algo a lo que sí temes...¡Permíteme mostrarte las puertas de la muerte, hijo de mala hembra!
Solté un gruñido gutural mientras lentamente el seductor rostro de demonio que tenía iba alargándose hasta tornarse en un hocico, mis apéndices se alargaban y mi cuerpo se cubría de pelaje negro, con diseños púrpuras. Dos pares de cuernos salieron de mis sienes, unos curvados, como en mi forma humana, y otros en espiral, como los de unicornio, pero en dirección contraria al primer par. Mis colmillos se alargaron bastante, y el resto de la dentadura acabó en punta. En mi frente había dibujado en el pelaje una mancha similar a un tercer ojo, púrpura, a diferencia de mis ojos reales. Rojos. Rojos. Sin pupila, todo iris. De mi espina dorsal salían pinchos, y mis garras estaban muy afliadas. Pronto dirigí mi mirada a William. Salté hacia él, con las fauces abiertas, y clavé mis colmillos en su cuello.
Amy Lackless
Humana
Nombre : Amelia Lackless
Escuela : Escuela del Lago de la Luna (ex-alumna), Fortaleza de Aressher (Maestra)
Bando : El Dios
Condición vital : Viva
Cargo especial : Señora de la Fortaleza de Aressher, Maestra de Nigromancia
Rango de mago : Nigromante, Especialista en Nigromancia
Clase social : Reina
Mensajes : 275
Fecha de inscripción : 04/05/2011
Re: Una cueva en medio de ninguna partepor Amy Lackless, Miér Ago 17, 2011 7:14 pm
El Ars volvió a mi poder en cuanto el licántropo saltó al cuello del joven y destrozó el collar. Rápidamente, volví a mi forma humana al ver el Ars junto a mi escondite en las sombras y, tomando posesión de él, lo teletransporté a un lugar perdido del bosque élfico. Sacando una daga de mi bota, la coloqué sobre el cuello de Catherine y cubrí su boca, sonriendo placenteramente mientras la alejaba conmigo a la oscuridad.
Probablemente Crescent no se daría cuenta de que ella ya no estaba hasta que fuera bastante tarde. De cualquier modo, escribiría una carta y haría que llegase a La Torre. Sería una placentera sorpresa... Sin perder tiempo, dije mentalmente las runas de teletransportación y me fui junto a Catherine a ningun lugar concretamente.
Probablemente Crescent no se daría cuenta de que ella ya no estaba hasta que fuera bastante tarde. De cualquier modo, escribiría una carta y haría que llegase a La Torre. Sería una placentera sorpresa... Sin perder tiempo, dije mentalmente las runas de teletransportación y me fui junto a Catherine a ningun lugar concretamente.
Contenido patrocinado
Temas similares» A medio bosque....
» Hasta dentro de 8 días y medio xD
» En una cueva perdida entre las montañas (Godric)
» En busca de respuestas, Parte Uno (Alexander)
» Dragonist Creed parte 1(post unico)
» Hasta dentro de 8 días y medio xD
» En una cueva perdida entre las montañas (Godric)
» En busca de respuestas, Parte Uno (Alexander)
» Dragonist Creed parte 1(post unico)
Página 1 de 2. • 1, 2
|
|
|
» la sombra sangrienta deimien darthfyre
» ola
» pricnesita estrellita
» Ser no tendría si algo pareciera
» Ficha de Lynn Feng
» Investigación forzada (Abierto)
» Anaë'draýl NPC's
» Crónica y semblanza de Lope de Villegas
» Habitación de Rurik (Noveno piso)