Bibliografía sobre el Reino Élfico:

                                        

• Reyes: Haakon fon Wölfkrone y Ellaria de Ereaten.
  
• Príncipe heredero: Crescent fon Wölfkrone.
  
• Casa real en el poder: dinastía de los Vulfengard.
  
• Capital: ciudad de Wölfkrone.
  
• Moneda regional: corona sveana.
  

Al reino de Wölfkrone pertenecen todas las tierras al norte del Reino de la Noche y las regiones nórdico-orientales de Hundsenkrone y Wiederzee-Aleene. Las provincias que lo conforman son nueve: Punta del Norte, Fortaleza de los Vientos, Skogene, Túmulo de Vaskr, Wölfkrone, Costa de Narell, Islas Frostmoor, Hundsenkrone y Wiederzee-Aleene. Se incluyen dentro del territorio las costas, los islotes y los fiordos de todo el terreno conquistado.

• Ejército de Tierra (conocido como Puño del Norte). De los tres, es el cuerpo más numeroso y mejor preparado. Los soldados que se entrenan para formar parte del Puño son fuertes y robustos, capaces de aguantar las tormentas de frío sin mayores problemas, lo que les ha concedido gran ventaja al luchar contra cualquier posible atacante que penetre en su reino. Fue el primero de los cuerpos en ser constituido y su valía ha sido probada en incontables batallas a lo largo de la historia.
• Armada Naval. Cuerpo que ha contado siempre con un número reducido de soldados —especialmente si se compara con el ejército de Tierra— y que se dedica, sobre todo, a guardar las costas del reino previniendo cualquier ataque pirata u ofensiva por mar. Las batallas navales de Wölfkrone han sido escasas, y sus logros en los mares están más vinculados con el descubrimiento de islas cercanas que con la guerra.
• Guardia Real. Cuerpo, casi siempre de número invariable, que se dedica a escoltar a la familia real y a proteger sus propiedades. Los soldados de este cuerpo cuentan con un pequeño grupo de veteranos muy capaces que custodian al rey, pero es costumbre incorporar también aprendices a la Guardia, pues la mayor parte del tiempo se dedican a vigilar el palacio.

Las nieves de Ravn de los primeros días se derritieron en todos los lugares del mundo salvo en las norteñas regiones montañosas que reciben el nombre de Forstgärd, y más allá las lejanas Tierras Muertas, y también todas las zonas cercanas, ocupando una extensión de terreno gigantesca en la que la vida sembrada por Svea se disgregó. La divina Svea, de bondadosa voluntad, vio que sus hijos, por obra de las sombras, peleaban y se separaban hasta quedar pocos en el mundo y entonces besó con su luz las nieves y las hizo todas muy blancas, y el frío se hizo menos fiero para los habitantes del Norte. Los primeros mortales se agruparon en tribus y convivieron con los lobos de las Tierras Muertas y los hicieron sus aliados, y muchos años después nació la bien conocida Harla, hija de los Lobos, que concentró en ella sola todas las virtudes y poderes posibles. Al mando de su tribu, Harla llegó por gracia divina a una llanura entre altas montañas donde había una piedra y, al lado de la piedra, una loba blanca. La loba dijo: «yo a ti te encomiendo la tarea de levantar de esta piedra un castillo, y después del castillo, una ciudad, y esa ciudad será la soberana de todas las regiones de la nieve blanca hasta el Imperio de la Noche». Y Harla obedeció, y forjó su propia espada con hielo de Svea, y levantó la ciudad de Wölfkrone, a la que llamó así en honor de sus aliados tribales, y reinó durante gloriosos años, y tras ella reinaron sus hijos, y los hijos de estos.

                                       

• Reina: Aliwen del Reino Élfico.
  
• Otros miembros de la familia real: Nienna (desaparecida), Felix (condenado a muerte) y Sasha (fallecido).
  
• Casa real en el poder: dinastía de los Éldivion-Vonturin.
  
• Capital: ciudad de El Anillo.
  
• Moneda regional: sol élfico.
  

Al reino de los elfos pertenecen todas las tierras de los continentes occidentales de Gadrýl y Enawë, así como las Islas del Amanecer, la Isla de Singwamar y la Isla de Gonnath. La región de Gadrýl se divide en cuatro ducados (Sol, Lirio, Lago y Sauce) y la Isla de Singwamar, y la región de Enawë en tres ducados (Cedro, Saúco y Río), tres regiones (El Anillo, Puerto Ewë y Tamika), la Isla de Gonnath y las Islas del Amanecer.

• Cuerpo de Tierra. Está conformado, en su mayoría, por guerreros, aunque cuenta entre sus filas con un grupo de magos (no obstante, la mayor parte de los magos que colaboran en las batallas pertenecen a las tropas del Concilio). Su preparación física y dedicación a la lucha no gozan del prestigio que tienen los guerreros de Wölfkrone, pero superan a estos en número, en red de alianzas y en fondos económicos.
• Cuerpo de Agua. Conocidos por sus hermosos barcos con forma de cisne, los guerreros del ejército naval élfico destacan por sus grandes conocimientos sobre el mar, su rapidez y sus estrategias. No es un cuerpo especialmente destacado en el reino, puesto que no es frecuente que este se vea envuelto en batallas navales, pero los miembros de este cuerpo gozan de gran popularidad en regiones como Puerto Ewë o Tamika.
• Guardia Real. Cuerpo dedicado exclusivamente a servir a la familia real y a proteger sus propiedades. En épocas de prosperidad, su número es verdaderamente elevado, y son muy famosos en la Elendë los desfiles que protagonizan una vez al año, cuando llega la primavera.

¡Oh, madre del Árbol, del Sol y del Viento
yo te invoco, e invoco la voz de las hadas
para que me presten su lira hermosa!
De miel y oro a los bosques canto
por la primera elfa que llegó del Cielo
y sembró la Tierra de frutos y flores,
y canto a su orgullosos hijos, hijos de la Tierra,
que fundaron con néctar del sol
un templo de oro por la Madre del Todo
y a la tierra rica y sagrada la llamaron
hermosa Ostirion Malda, ciudad dorada.

                                   

• Reyes: Yandrack Dragmire .
  
• Princesas : Evanea Dragmire y  Valoria Dragmire.
  
• Príncipes : Faram Dragmire y Findel Dragmire
  
• Casa real en el poder: dinastía de los Dragmire
  
• Capital: ciudad de Aleketh.
  
• Moneda regional: dirkam.
  

• Tropas del Sol. Cuerpo militar de tierra entrenado para combatir en las zonas más calurosas del Desierto Eterno y que se destaca por su gran agilidad. Aunque no constituyen un ejército de relevancia para otros territorios, los habitantes del reino de Aleketh los admiran y respetan como principales defensores de la cultura del desierto.
• Tropas de la Luna. Cuerpo militar naval cuya función principal es vigilar las costas del reino. Reciben el nombre de Tropas de la Luna debido a la media luna que corona todos sus barcos. Este ejército no es muy numeroso, pero cuenta con más soldados que las Tropas del Sol.
• Tropas del Sultán. Cuerpo militar dedicado a proteger al rey o sultán y a su familia, tanto en palacio como fuera de él si resulta necesario. Comúnmente llevan el rostro cubierto con un velo traslúcido que solo deja ver claramente los ojos del guardia.

Allá en el sur del mundo yacían
mil dunas de fuego que dormían.
Riyab la sexta noche fue guiado
por la luna a la tierra prometida
y Yehnév lo cubrió con las arenas
y los djinn con el agua requerida.
Allá en el sur del mundo yacían
mil dunas de fuego que dormían.
Llegó antes del alba ante tres dunas;
había entre las tres tierra vacía,
y por premio merecido a su esfuerzo
Yéhnev se la ofreció al llegar el día,
y cuando se puso el sol por el oeste
el Fuego le ofreció su compañía.
Allá en el sur del mundo yacían
mil dunas de fuego que dormían.

                             

• Reina: Isabella Fountaine de Garnalia.
  
• Casa real en el poder: dinastía de los Fountaine.
  
• Capital: ciudad de Ereaten.
  
• Moneda regional: real.
  

Al reino de Ereaten pertenecen todas las tierras bajo el Reino de la Noche hasta la frontera con los Volcanes de los Dragones, y, más al sur, hasta los límites del Desierto Eterno, así como las islas del mar Celathia Las Horcas y Évezhor. Se divide en veintitrés regiones o provincias: Ereaten, Puerto Agnolia, Magna Gladia, Krom, Costa Negra, Colmillo Lobo, Sacra Herodea, Artacia, Crístalis, Macra, Costa Blanca, Región de Irén, Pico de Deeva, Paso de Shenguo, Fuertemar, Zhanthé, Évzehor, Las Horcas, Región de Nagda, Sarthal, Llanuras del Olvido, Almaracia y Punta de la Victoria.

• Reales Fuerzas de Tierra. Cuerpo muy amplio, con un gran número de soldados debido a los muchos jóvenes que deciden alistarse en él para tener algún sustento e intentar escapar de la pobreza. Luchan en nombre del reino y de Dios, y, gracias a su número, no son pocas las batallas en las que han ganado.
• Real Armada Naval. Cuerpo dedicado a librar batallas en el mar, más numeroso que el del Norte o el del Sur, pero no tan preparado como el ejército particular de Zhanthé, región que, debido a sus conflictos con la corona, no suele prestar gran parte de sus fuerzas. Cuenta con una considerable flota de barcos preparada para la defensa de las costas y para cualquier guerra marítima.
• Guardia Real. Cuerpo dedicado a escoltar a la familia real y a proteger sus propiedades. Solo pueden formar parte de la Guardia Real nobles o personas destacadas por su riqueza —o la riqueza de su familia— o sus méritos en batalla.

Al quinto año después de la guerra de Gealia, el bisabuelo de nuestro señor rey don Benedicto, llamado Laín Tormedo y apodado el Gran Fundador, del linaje de los Tormedeos y, según dicen algunos, descendientes estos de la dinastía de los Claudianos, que gobernó en el norte en los antiguos tiempos, bajó desde la región de Artacia hasta lo que hoy recibe el nombre de Ereaten con su familia y el ejército que los acompañaba. Viendo que el clima era agradable y la tierra daba grandes riquezas en la zona, hizo levantar allí el castillo donde residió hasta su muerte, y, por gracia de Dios, sometió mediante la guerra a los otros reinos rebeldes, que desde entonces pasaron a ser provincias del reino de Ereaten, gobernadas desde la ciudad de Laín Tormedo, que se hizo capital del naciente imperio. Así pues, a esta ciudad se la llamó, en honor del señor rey don Laín Tormedo, Gloriosa Laina Tormedea, pero a su muerte, su hijo Laín, tras derrotar en batalla a su hermano Rodric, cambió el nombre del reino a Ereaten, por ser este el nombre de la ciudad sagrada donde San Birtonio vio a Dios, y hoy nuestro valiente y generoso rey don Benedicto de la dinastía de los Tormedeos reina en dicha, virtud y paz sobre las tierras de Ereaten, bajo el lema «Por Dios, fuerza y virtud».

                                        

• Reyes: Berfang XVI y Targena II.
  
• Príncipes: Urin, Dain, Durin, Bruenor, Banak, Azaghâl, Dwalin, Gimbli, Gloin, Bofur, Gandalug, Cordia, Azkaya, Eneida y Brunca.
  
• Casa real en el poder: dinastía de los Ündurkrun.
  
• Capital: ciudad de Rocferg.
  
• Moneda regional: krun enano.
  

• Fuerzas de la Roca. Es el cuerpo más numeroso y está conformado por la mayoría de guerreros enanos, todos especializados en el combate en tierra. La fuerza de su raza y la calidad de su equipamiento los convierte en un ejército temible, que, a menudo, se hace acompañar de máquinas para la guerra desconocidas por el resto del mundo.  
• Guardia del Rey. Cuerpo más pequeño que las Fuerzas de la Roca que se encarga de proteger a la familia real y de obedecer sus órdenes. Los soldados de la Guardia del Rey tienen como función principal proteger el castillo de Rocferg, las entradas a la ciudad y las Nueve Grandes Aldeas por las que se puede acceder al reino.

En el principio de los tiempos una piedra gigantesca cayó al suelo y resquebrajó la tierra hasta llegar al centro, creando un pozo muy profundo en medio de la nieve. Del polvo que levantó el impacto de la Gran Roca, nacieron los primeros enanos, forjados por la tierra fuertes y pequeños con el fin de que pudieran colarse por las galerías más estrechas del subsuelo. Los Primeros, obrando con inteligencia y constancia, comenzaron a descender por el hueco y construyeron el primer sótano, al que llamaron Brunsustur porque encontraron allí el imperio del bronce. Felices con su descubrimiento, vivieron allí en la abundancia hasta que el sabio Gurunt dijo: «Hemos disfrutado mucho de los dones de la tierra, pero excavemos un poco más, que el ingenio y el esfuerzo son recompensados por la piedra». Y cogieron todos sus herramientas, y excavaron un poco más. Tenía razón el sabio y, en el segundo sótano, descubrieron el imperio de la plata, al que llamaron Argunstur, y en el que vivieron en mayor abundancia durante muchos años. Hasta que el sabio Gurunt dijo: «Ea, ya hemos disfrutado mucho del pago a nuestros esfuerzos, ahora sigamos excavando a ver qué nos da la piedra, que es ya hora del trabajo». Y cogieron todos las herramientas, muy esperanzados, y excavaron un poco más. Otra vez, el sabio habló con palabras ciertas, y, en el tercer sótano, al que llamaron Aurumstur, descubrieron el imperio del oro. Allí vivieron todos los enanos, muy contentos por el premio a su esfuerzo, disfrutando días y días, y años y años, de la riqueza. Hasta que dijo el sabio Gurunt: «Vamos a excavar, que ya es hora, y la piedra espera».

Pero ninguno de los enanos se movió, porque había aparecido la infame bruja Maryshe, una mujer muy alta y perversa, que llamó la atención de todos. Y dijo: «Eh, pequeños seres, que creen en la bondad de Petra, yo les digo que Petra, la piedra, no es más que un ser malvado, que los obliga a trabajar a todos para obtener un premio que se agota, cuando a mí mis dioses me han dado el don del encantamiento, con el que puedo tener bronce, plata y oro y aun mejores cosas con solo desearlo». Quisieron ver los enanos qué verdad había en su promesa, y la malvada y perezosa Maryshe movió la mano y abrió en un segundo el cuarto sótano, en el que los enanos encontraron oro, plata y bronce inagotable, y, además, descubrieron el imperio del mithril, que es el mejor metal que ha dado la tierra. Dijo el sabio Gurunt: «Que nadie tome estos bienes, porque no los merecemos, ni los hemos ganado con nuestro esfuerzo». Dijeron los enanos, hechizados por la bruja: «¡Qué más da, viejo Gurunt! Nada hay mejor que vivir para siempre en la abundancia sin trabajar jamás». Apenado por estas palabras, el sabio Gurunt se dejó caer por el hueco de la Gran Roca y nadie más supo de él. Como la naturaleza de la magia es engañosa y terrible, al cabo de unos años la ambiciosa y perezosa Maryshe decidió irse del cuarto sótano dejando a los enanos en su falsa realidad. Todos se habían convertido en pequeños seres perezosos y avariciosos, que no se movían nunca ni usaban la cabeza para pensar, y, al cabo de tres siglos, la gloriosa Petra se enfureció, y sacudió con un movimiento terrible la tierra, y se cerró para siempre el gran pozo abierto por la caída de la Gran Roca. Al gran desastre solo sobrevivieron el enano Yter y la enana Ytar, que se vieron solos y desnudos, en la superficie de lo que hoy es Forstgärd, sin ninguna de las riquezas. Supieron entonces que el sabio tenía razón, y que no hay que aceptar la infame magia que da los bienes sin previo trabajo y sin respetar las reglas de la naturaleza, y así lo hicieron saber a sus hijos, y toda su estirpe dedicó el resto de sus días a excavar otra vez en la tierra sin descanso para conseguir, respetando a Petra, alcanzar el lugar más profundo del mundo, donde les espera el sabio Gurunt, guardián y señor del paraíso.

                             

• Reyes: Ninguno.
  
• Centro de poder: La Necravia (líder: Riak de Nyx).
  
• Capital: ciudad de Shaulen.
  
• Moneda regional: ninguna propia y todas aceptadas.
  

Debajo de las tierras de Garnalia Centro se extiende una amplia región de cavernas y pasadizos subterráneos en los que se ha levantado una civilización prohibida, oscura y secreta a la que casi ningún intruso puede entrar sin morir o perderse. Las entradas a esta región, que conectan la superficie con el subsuelo, son escasas y están bien escondidas en diversos puntos de los bosques del centro. Puesto que la libertad y el caos prevalecen en la zona, no existe ninguna división en provincias o comarcas, y solo se pueden señalar cuatro puntos principales de interés: las dos ciudades más grandes (Shaulen y Rossnatt), la Fortaleza de Aressher y el Templo Oscuro. Por su importancia histórica y por su extensión, Shaulen es considerada capital del reino de las sombras.

La región que hoy se conoce como la Cueva Oscura fue siempre un lugar favorito de nuestro Dios, por ser, natural y permanentemente, el imperio de las sombras, al que ninguna luz puede llegar. Dicen que Tahira la Vidente reinaba sobre la ciudad centrogarnálica de Evarea y un archimago llamado Orotelo de Imeridia llevó sus ejércitos al asedio de la ciudad. Pero Tahira, fortalecida por baños de sangre y el espíritu del Dios, lo combatió y lo mató. En venganza, la siempre molesta Diosa hizo brillar un sol sobre la torre más alta de su castillo que dañaba a la gran Tahira y le impedía ver la noche. Fue tan intensa la luz que los ojos de la nigromante ardieron, y tuvo que abandonar su legítimo reino por el gran dolor que sentía, en busca de sombras que la nutrieran. Las encontró en una cueva entre los bosques, y no vio nada en ella, pero el dolor cesó, y entonces comprendió que había llegado a las amistosas sombras y que su ceguera había sido un regalo divino para defenderse de la luz y para comprender verdaderamente al Dios.

Tahira la Vidente, con sus sentidos fortalecidos, se guió por las Sombras del Dios, y fue conducida a una caverna gigante en la que el Señor se personificó y la besó, convirtiéndola en la más poderosa de los vivos, no ofreciéndole mayor fuerza de la que tenía, sino dándole un regalo mejor: llevar la Voz del Mal en su alma, con toda su sabiduría. Allí levantó una biblioteca en la que almacenó todos los saberes del mundo y la nombró Rossnatt, en honor de su abuelo, que había sido llamado de esta manera el día de su nacimiento.