William E. Arkwright
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
https://latorre.foroactivo.com/t1052-buzon-de-william
https://latorre.foroactivo.com/f96-cronologias
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
Todas las deudas deben ser saldadas [Privado]por William E. Arkwright, Vie Ago 09, 2013 12:44 am
Olía a mar. Olía a mar y las olas danzaban con suavidad sobre la orilla. Era como si besaran la arena. A lo lejos, las gaviotas cantaban. La brisa caía sobre mi cuerpo como el rocío de las mañanas: fresca, viva y temprana. Detrás de mí, escuchaba el bullicio de la ciudad y las voces de los marineros y de los pescaderos y comerciantes. Escuchaba, a veces, un saludo de bienvenida, o un llanto de una madre al ver  a su hijo partir.

Olía a madera mojada. El viento hinchaba las velas de los barcos, que se mecían sobre la superficie de un mar calmo. La playa era pequeña, una cala al lado del enorme puerto, y hasta allí llegaban todos los aromas y sonidos de una ciudad portuaria. A veces, el relinchar de un caballo. A veces, los susurros de las damas.

Definitivamente, olía a casa. A casa, a Puerto Agnolia, al lugar donde había crecido. Todo seguía igual y, al mismo tiempo, era todo tan diferente… Cinco años bastan para que el mundo y las vidas cambien para siempre.

Llevaba allí un par de semanas. Mi madre se había alegrado al verme, aunque me recriminó haber pasado tanto tiempo sin visitarla. Me preguntó muchas cosas, me preguntó qué había sido de mí, por qué me había olvidado de regresar a casa. Yo no le conté la verdad. No podía hacerlo. Sonreí a todo y fingí que mi vida era perfecta. Si ella supiera…

Me encontré con algunos viejos amigos, con los pocos que no se habían marchado. Uno de ellos iba a casarse pronto, el otro ya tenía un hijo. El tiempo pasaba demasiado rápido. Ellos habían encaminado sus vidas en los años que yo caminaba sin rumbo, sin saber qué hacer, sin saber adónde ir, atado a un sueño, a una esperanza. ¿Y yo qué había hecho? ¿A quién había conocido? ¿Qué nuevos mundos había descubierto? No importaba demasiado. No conservaba nada de lo que había conseguido. Ni la Torre, ni la Maestra, ni los amigos, ni la mujer que amaba.

Nada era mío. Volvía a estar como antes, como al principio, pero nada era igual. No podía serlo después de lo que había vivido. Mi mundo de antes había avanzado sin mí y yo ya no me sentía cómodo en él. No me sentía capaz de pasar el resto de mis años anclado al puerto, como un barco roto, mientras veía a otros, más portentosos, zarpar y cruzar mares de ensueño.

¿Y yo qué? Debía conformarme con que olía a casa. Con que no había nadie que me persiguiera. Con no correr el riesgo de cometer otro delito más.

Caminé hasta la orilla del mar y dejé que el agua besara mis pies descalzos. No llevaba ninguna túnica; no era inteligente hacerlo en una zona dominada por la Santa Inquisición y, además, no me apetecía llevar nada que me recordara mi vida anterior. Bastante tenía con mis propios recuerdos.

Y los barcos me traían muchos, muchos recuerdos. Pensé en el Luna de Medianoche, en el primero, el de mi padre. Pensé en el segundo, en el que había llevado a Cathy. «Qué felices éramos entonces, cuando aún no existían los problemas, cuando mi vida iba viento en popa».

Mis ojos se posaron sobre uno de los navíos que se veían a lo lejos. Tal vez debiera volver a subir a uno. Tal vez debiera hacer como hizo el destino con mi padre y buscar en las aguas la muerte que, con siete años, esquivé. «Mi padre… Si le contara a mi madre lo que Riak me dijo, ¿qué diría ella? ¿Diría que es mentira?», me preguntaba, pero era incapaz de hacerlo. No quería afrontar la respuesta...

Joseph Winterose
Joseph Winterose
Humano
Nombre : Joseph Winterose
Escuela : Escuela del Lago de la Luna
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Archimago
Clase social : Pueblo llano
Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/11/2012
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
Re: Todas las deudas deben ser saldadas [Privado]por Joseph Winterose, Vie Ago 09, 2013 12:51 am
En apenas unas horas, había estado en tres puntos del mundo tan lejanos como eran la Fortaleza de Aryewïe, Ekhleer y Puerto Agnolia. Las cosas que permitía la magia eran maravillosas, pero aún mejores eran las licencias que concedía la libertad. Podía pisar cualquier lugar sin miedo, sin rendir cuentas a nadie, más que la Diosa. Había ya más luces en mi vida, y cada vez eran más intensas.

Para visitar Puerto Agnolia tuve que desprenderme de la túnica de archimago y vestirme con las ropas típicas de la ciudad. La experiencia me había enseñado a temer lo suficiente a la Inquisición como para no provocarlos sin motivos.

Aquella mañana, la ciudad estaba despierta y alegre, como siempre. Como la recordaba. Una punzada de nostalgia me atravesó el corazón. Por esas calles había reído, muchos años atrás, con mis compañeros de escuela, con los amigos de entonces, cuando aún era un aprendiz en la Escuela del Lago de la Luna. Muchos de ellos vivían allí, o habían vivido. Nicole debía de seguir varada en aquella ciudad, seguramente estaba muy cerca, tal vez ya había pasado por delante de su casa. «Pero no he venido a verla a ella», pensé, y suspiré.

Estaba allí por asuntos relacionados con la guerra que estábamos a punto de librar, aunque no por orden del Concilio. Era una iniciativa personal. Era lo que yo sentía que debía hacer. Era lo que ella habría hecho si estuviera en mi lugar.

No tuve dificultades para encontrarlo. Lo hallé en una pequeña playa, al lado del puerto. No había mucha gente sobre la arena. Bajé las escaleras con cuidado y hundí mis pies en ella, caminando resuelto mientras la brisa me agitaba el pelo rubio.

Casi parece que los años no pasaran en Puerto Agnolia.

Clavé los ojos en el chico. Vestía con una camisa blanca y descolorida, de mangas anchas, y llevaba unos pantalones de tela negra. Al lado, sobre la arena, descansaban sus botas, también oscuras. Llevaba el pelo alborotado, y algún mechón que otro se le colaba en sus ojos de color verde mar. Advertí que se había dejado crecer una barba corta y oscura, quizás por descuido, quizás por voluntad propia. El sol de las semanas pasadas en Puerto Agnolia había tostado su piel, que ya no era tan blanca como lo había sido la última vez, cuando lo vi en Aryewïe.

«Es la viva imagen de Erik», pensé.

William E. Arkwright
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
https://latorre.foroactivo.com/t1052-buzon-de-william
https://latorre.foroactivo.com/f96-cronologias
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
Re: Todas las deudas deben ser saldadas [Privado]por William E. Arkwright, Vie Ago 09, 2013 12:54 am
Reconocí a Joseph en cuanto habló; no me hizo falta girar la cabeza. Pero lo hice. Lo hice y mis ojos dieron con él. Sin su túnica dorada, perdía buena parte de su solemnidad. Parecía un hombre más, aunque un hombre del norte. No tenía rasgos de centrogarnálico.

¿Qué haces aquí? —pregunté, sin mayores preámbulos.

El agua me tocó los dedos y el viento me trajo el olor de la sal. Eso me ayudó a relajarme, aunque no demasiado. La presencia de Joseph no podía significar nada bueno, al menos no para mí. Recordé lo que había hecho en el campo de entrenamiento de la Torre y me pregunté si vendría a detenerme. Una parte de mí temía que me apresaran. La otra, deseaba que lo hicieran. A veces quería regresar a mi antigua vida, aunque fuera preso. Aunque fuera siendo un delincuente. «El delincuente que ya soy».

¿A qué has venido? —exhalé un suspiro y me aparté el pelo de los ojos—. No me he movido de Puerto Agnolia. Ya tengo la sentencia. Está todo acabado, ¿no? Ya no soy nadie en el mundo mágico. Ya no tengo nada que ver con un archimago.

Mis palabras habían sonado más bruscas de lo que pretendía. Pero todo lo que decía era cierto.

Joseph Winterose
Joseph Winterose
Humano
Nombre : Joseph Winterose
Escuela : Escuela del Lago de la Luna
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Archimago
Clase social : Pueblo llano
Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/11/2012
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
Re: Todas las deudas deben ser saldadas [Privado]por Joseph Winterose, Vie Ago 09, 2013 12:57 am
No tenía motivos para enfadarse cuando estaba vivo de puro milagro. Porque yo había intervenido, porque Shewë había cedido. Aún así, sus palabras dejaban traslucir todos sus sentimientos y supe que no estaba contento con su situación. Una vez se ha probado la magia, no hay nada más difícil que regresar a la vida de un plebeyo que nunca la ha tocado.

Baja la voz —le dije—. No hables tan alegremente de magia en Garnalia Centro, ¿acaso ya se te ha olvidado cómo son las cosas aquí?

Las olas eran suaves. Por el contrario, mi mirada era dura como un roble. No había intercedido por él para que anduviera a sus anchas por el mundo, como si nada hubiera sucedido. Tendría que pagar un precio por su libertad. Tendría que demostrar con hechos que había regresado a las sendas de la Diosa, que sus intenciones no eran egoístas. Y siempre era más útil un deudor que un prisionero.

Estamos a punto de iniciar una guerra —continué, en voz baja—. Supongo que ya sabrás lo que sucede en el Reino Élfico. Vamos a asediar el palacio. Más pronto que tarde. Pero eso no es lo que a ti te interesa en estos momentos. —Hice una pausa para observar su reacción. Él se mantuvo callado, expectante. Quizás, incluso, aliviado, porque no había hecho ningún ademán de arrestarlo—. El Concilio no te ha regalado nada. De alguna forma deberás pagar los crímenes cometidos, que no son ni pocos ni leves.

Me acerqué a él y los zapatos se me llenaron de arena mojada, y también noté la humedad cuando una ola se deshizo sobre la arena.

Atacaremos la Mansión de las Brumas, que está en Gadrýl. Sabemos que es el refugio de Xerxes, de los Secretos. Te alistarás en las tropas de magos para participar en esa batalla. Y, si eres listo, sabrás ver qué te conviene. Te estoy ofreciendo la oportunidad de reparar la deshonra que tú mismo has hecho caer sobre ti.

«Y la oportunidad de morir», pensé, pero no lo dije en voz alta. Al fin y al cabo, todo lo que le ofrecía se lo ofrecía por alguna razón. O por muchas razones. Por su madre. Por el Concilio. Por castigarlo. Por romper su enlace con el Dios. Por tantas cosas…

William E. Arkwright
William E. Arkwright
Humano
Nombre : William Erik Arkwright
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Clase social : Plebeyo, marinero
Mensajes : 132
Fecha de inscripción : 02/05/2011
https://latorre.foroactivo.com/t1052-buzon-de-william
https://latorre.foroactivo.com/f96-cronologias
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
Re: Todas las deudas deben ser saldadas [Privado]por William E. Arkwright, Vie Ago 09, 2013 1:00 am
Me pareció que, a cada palabra que Joseph decía, más fuertes restallaban las olas contra la orilla. O tal vez era yo, o mi magia, que de esa forma se manifestaba cuando la sangre empezaba a bullirme en el interior. Las gotas de agua me salpicaron la cara y las ropas y yo le devolví la mirada dura que me lanzaba. ¿Para qué quería participar en esa batalla? ¿Qué me importaban a mí los Secretos o el futuro del Concilio? Esa no era mi lucha.

Pero el archimago había sido muy claro. La mía era una libertad con condiciones… y esa condición era servir al Concilio. Como pago a mis crímenes. «Yo no tengo alma de guerrero. Yo no soy capaz de dar mi vida por una causa, y menos cuando no es la mía». Además, no tenía nada que hacer allí, con personas que no conocía o que, si conocía, serían los mismos archimagos que me habían visto en el juicio.

Sacudí la cabeza.

No. —Miré a mi alrededor, para comprobar que nadie nos prestaba atención—. Esa batalla no tiene nada que ver conmigo. Y no entiendo por qué tengo que ir yo, cuando el Concilio cuenta con cien mil magos y guerreros mucho más capacitados. Ahora estoy aquí, estoy en Puerto Agnolia, y las condiciones que se ponían en mi sentencia era que no me acercara a ninguna escuela, a ningún lugar que les perteneciera a ustedes. Que perteneciera a mi vieja vida.

Decía que no lo entendía, pero no era cierto. Sí entendía lo que quería decir Joseph. Entendía que era una orden y no una petición. Entendía que estaba obligado, de una manera u otra, a ser la marioneta del Concilio si no quería acabar en prisión. O en el Otro Lado. O en el Laberinto de las Sombras.

De pronto, añoré la calma de Puerto Agnolia. Allí olía a mar, olía a casa. No me apetecía irme para lanzarme de lleno a otro mar..., pero a un mar rojo, un mar de sangre, con olor a muerte y con olor a miedo.

No es justo. Ya me he privado de muchas cosas. Ya he aceptado que mi nueva vida va a estar aquí, en esta ciudad. No es justo que…

Dejé la frase a medias. El viento selló mis labios. Por dentro, el corazón se me retorcía en el pecho de la misma manera que las aguas se agitaban en el fondo marino. Y mis pensamientos estaban divididos entre el deseo de volver a estar activo y el miedo a los problemas que pudieran surgir.

Joseph Winterose
Joseph Winterose
Humano
Nombre : Joseph Winterose
Escuela : Escuela del Lago de la Luna
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Archimago
Clase social : Pueblo llano
Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/11/2012
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
Re: Todas las deudas deben ser saldadas [Privado]por Joseph Winterose, Vie Ago 09, 2013 1:05 am
Avancé unos pasos para alejarme del mar al advertir que las olas empezaban a restallar con más fuerza. Me esperaba que se negara. No parecía consciente de que no iba a aceptar un no por respuesta. O, mejor dicho, de que no iba a aceptar ninguna respuesta, porque no le había pedido nada. Simplemente era su obligación.

Cien mil no son cien mil uno. Es cierto que podemos prescindir de ti, pero tú no puedes prescindir de nosotros. Si querías ser el dueño de tu vida, primero tendrías que habértelo ganado. Da gracias a la Diosa de que no estés muerto y acepta el destino que te hemos diseñado, porque es el mejor que podrás tener. Tú mismo lo dijiste aquella vez en Aryewïe. Si te matan en esa batalla, al menos podremos decirle a tu madre que moriste luchando. Donde mueren los hombres honorables —concluí, citando sus propias palabras.

No buscaba convencerlo, solo avisarlo. Fuera a donde fuese, no podría escapar ni de mí ni del Concilio. Especialmente de mí, porque era el que más se acordaba de su existencia. Tanto para lo bueno como para lo malo. «¿Tan rápido se olvidan los crímenes que uno comete? ¿Tan rápido se disipa la sombra de la culpa?». Por desgracia, yo conocía las respuestas a aquellas preguntas.

Te aconsejo que te lo tomes como una oportunidad para regresar a los brazos de la Diosa. Para ganarte su Perdón. Así te resultará más agradable. Pero no olvides que es tu obligación y que harás todo lo que el Concilio te ordene. O habrá represalias y, créeme, te arrepentirás.

No esperé a que me respondiera. Yo ya había cumplido con mi deber personal, que era informarlo. Me di la vuelta y empecé a andar por la arena, alejándome del muchacho, y subí las escaleras que llevaban a la avenida. Los tiempos que se avecinaban iban a ser duros para todos y yo había empezado a jugar mis cartas.

El resultado podría ser el éxito o la derrota, pero eso solo el tiempo lo diría.

Contenido patrocinado

- Temas similares


Cambiar de escuela