-Bueno … ¿por donde empezamos Maestro Tahros?- dije entusiasmada.

"-Bueno … ¿por donde empezamos Maestro Tahros?"-
Quité mi mano de su hombro puesto a que comencé a notar por ciertas vibraciones de su sistema locomotor que no le agradaba el tacto ajeno. Sin mediar palabra y colocando dicha mano junto a la otra, en el bastón, para disimular el gesto.
-Pues verás jóven Dust. Podríamos empezar por cualquier parte, puesto a que aquellos libros que no puedas leer por tu rango inferior no estarán accesibles o leibles para tí. Pero la cuestión no es por donde empezaríamos, sino por donde empezarías tú. Yo he leido ya todos estos libros y he escrito docenas de ejemplares. La Biblioteca tiene una serie de encantamientos para los que me ha ayudado mi hija, experta en magia de sonido, uno de ellos guía a los más apasionados hacia su destino. Por lo que déjate guiar por tus ideales.-saqué una venda negra y se la tendí:-Camina con los ojos tapados y tus pasos te llevarán a donde desees si es que amas lo suficiente a los libros.-dije, con pasión.-Y hablando de mi hija, quizás te la cruces por aquí... o te la encuentres de marcapáginas-comenté, con una breve risa.-Cuando salgas, pasa por mi despacho-señalé una puerta cuya única distinción de las demás era la placa de "Director".-Espero que tengas una buena estancia y una agradable lectura.
Dí un paso y el espacio se dobló, aparecí en frente de la puerta, giré el pomo y antes de entrar, miré hacia la posición de la jóven para hacerle un gesto de despedida con la mano mientras me sugetaba con la otra en el bastón.

"Sola con los libros", así es como me quedé cuando el maestro Tahros entró en lo que suponía que era su despacho con un simple teletransporte y cerró la puerta trás él.
Miré otra vez mi alrededor estusiamada, y luego, pensé en lo que me comentó, por un lado, al saber que no podría acceder a algunas zonas de la biblioteca solo por mi rango me molestaba, pero bueno, ya pensaba que parecía demasiado bonito para ser verdad, aún así, al final, no le di mucha importacia, por que en donde de verdad mi curiosidad se había fijado fue en la venda que Tahros me dio... la examine con la vista: negra, opaca, y lo suficientemente ancha para cubrir mis ojos y eso qué yo tenia grande los ojos... " Camina con los ojos tapados y tus pasos te llevarán a donde desees sí es que amas lo suficiente a los libros"... ¿Caminar con los ojos cerrados?, no sí al final resultará que el director de la mejor biblioteca del mundo quiere que me mate... pero, sonaba divertido... espera... ¿me estaba retando o me lo parecía a mí...?, "bueno, no creo que me pasé nada ...", con ese pensamiento en mente me puse con cuidado la venda, no estaba muy segura de lo qué estaba apunto de hacer estaría bien ... ¿ y sí me tropiezo y me caigo?, nah... tenía que arriesgar, pero esa inseguridad no se iba... " piensa en el objetivo, Dust... en el porqué estás aquí ...", respiré hondo, relajándome. Ya no veía nada, solo oscuridad, ni los libros, ni las estanterías, solo oscuridad... mis sentidos sé pusieron en alerta al ver que faltaba la vista... Entonces, escuché algo y me sobresalte un poco, no podía reconocer lo que era, sonaba como una ...¿melodía?... Sí, pero se escuchaba lejana... toda mi inseguridad se fué y empecé a caminar como sí nada siguiendo la lejana melodía qué apenas podría reconocer...
"sí es que amas lo suficiente a los libros"...
- Te demostraré lo mucho que amo los libros, Tahros, te arrepentirás de haber dicho eso.

OFF: la hija de tahros es propiedad de otra usuaria que actualmente está ausente así que no podré ponerla en el rol más que unos segundos.


Una sonrisa extraña apareció en los labios de mi hija, la cual miró a Dust con ternura:
-Bienvenida. ¿Dust, verdad?. Espero verte mucho por aquí. Y sé que así será. Después de todo, el mejor amigo de los libros siempre termina por ser el polvo.
A pesar de tener los ojos vendados, la música que la nigromante tocaba hacía que Dust la viese en una ilusión en la cual ésta se encontraba sentada en una sillita de madera, cerca de la estantería. En sus manos, un harpa; en sus piernas, un libro. Las palabras no nacían de su boca sino de su música, una melodía de tal complejidad capaz de expresar imágenes y palabras.
Sin ser consciente de sus actos, Dust se quitó la venda justo para ver que no había nadie delante suya, solo montañas de libros y más libros. Y una silla, una silla polvorienta con un libro con la portada tapada completamente por una capa grisácea, parecía llevar siglos ahí, olvidada, pero también preparada, esperando a alguien. ¿Sería a ella a quien la silla y el libro la esperaban, manteniéndose intactos?

Aparecí sin ruido alguno detrás de la joven:
-Sí. Esa palabra puede ser la respuesta a muchas preguntas. ¿A cual? ¿A cuales? ¿A alguna que tú puedas llegar a formular?. Posiblemente. La respuesta a veces está en nosotros y otras en los libros. Los libros nos quitan nuestras dudas, dándonos saber, otorgándonos Poder.
-Tengo 1800 años, se supone que debería haber muerto hace 8 siglos, pero aún así me mantengo en pie. Algunos se preguntan la razón. Yo solo les digo: al conocimiento nada puede dañarlo, es inmune al paso del tiempo y solo puede ser tocado por tres cosas: más conocimiento, el olvido y el polvo.
Poco a poco mi figura se fue difuminando hasta simplemente desaparecer como si nunca hubiese existido.
Ella no lo sabía, pero en la primera página del libro había una hoja pequeña y plegada en la que había un compendio de vocabulario de una lengua extraña y desconocida por muchos*.


OFF: comparación entre Dust(polvo en inglés) y los libros, tu eliges el libro que quieras leer.
*10 palabras que empiezan por la “d” como arrancadas de un diccionario inglés-garnálico(español).