Recorrí con la mirada la extensión del valle. Pude divisar la escuela, y deduje que no tardaría mucho más en llegar.
Sacudí mi pelaje pelirrojo, y comprobé que la bolsa de dinero y ropa seguía bien atada encima de mi.
Decían que aquel valle estaba lleno de lobos... y me pregunté si intentarían reclamar su territorio conmigo.
Sonreí. Que lo intentaran. Puede que no controlara la magia, que de hecho no tuviera ni idea de como manejar mi poder interior.  
Pero al lobo...
A la loba la sabía manejar perfectamente.
El frío del invierno me entumecía los huesos, así que decidí ponerme en marcha de nuevo para no enfriarme.
Corrí ladera abajo, mientras pensaba en la escuela. No me preocupaba no encajar pero... ¿Y si no era mi sitio?
Puede que mi hermano no estuviera allí, y él era mi última esperanza.

No podía volver a casa, el odio y la frustración hacia mis padres era demasiado fuerte y podría desencadenar lo peor de mí.
A quién quería engañar. Hablábamos de ocultar la existencia de un hermano.
No puedes levantarte un día y decirle a tu hija: oye Emmäsh estaba pensando... ¿te he dicho alguna vez que no eres hija única?
Dios aquello era de locos...

Gruñi sin querer. Me sacaban de quicio. Mi loba salvaje se removió dentro de mí.
"Cállate. Ahora no es el momento, perra"
Observé lo poco que me quedaba para llegar. Busqué un claro entre árboles y me introduje en él para transformarme antes de aparecer en la escuela.
Mi cuerpo se convulsionó levemente y con dos o tres punzadas de dolor mi desnudez se hizo visible. Mi cuerpo élfico tomo el control y empecé a temblequear como una idiota.

Yandrack observo el valle, el asunto que había llegado a un mago oscuro a adentrarse tan cerca de los dominios de la escuela de la torre podrían considerarse extraños pero la realidad era mucho mas simple, aun recordaba sus primeros días en su cuerpo humano actual, mas muerto que vivo, había llegado a la torre en condiciones penosas, milagrosamente sus poderes ígneos habían destrozado a un grupo de lobos que lo había perseguido en busca de carne fácil, recordaba como los alumnos de primer grado de la escuela habían intentado curarle, no obstante ningún archimago ni personaje poderoso había acudido a ayudarle, habían sido unas pobres alumnas y después...apareció el, Dam Gurth, el juez del dios, que había llevado a Yandrack a la fortaleza contra su voluntad.



si las cosas hubieran sido diferentes yo habría acabado en la torre¿cambiaría algo mi objetivo al final?,no, estoy seguro de que no- y emprendió el camino hacia la escuela, aun sin tener nada fijo en mente, tras la experiencia en la sala del núcleo su aspecto había cambiado y durante unos días convivió con esos cambios, pues la impresión era demasiado reciente, sus ojos, que normalmente eran dos cristales violetas se volvieron rojos, tan rojos como la sangre,su cabello, de un plateado brillante adquirió algunas tonalidades de naranja y aunque el tiempo había hecho retroceder esos cambios el mago sabia muy bien que solo era cuestión de tiempo, y si sus emociones se desbocaban el fuego consumiría cualquier cosa.


llevaba puestas sus características ropas negras, con la capucha echada sobre la cabeza,en la espalda colgaba envainada a su espada mágica,vulcana, mientras recorría el camino, a lo lejos se encontró con un hombre, era de estatura media, algo delgado, desaliñado, con la ropa manchada de polvo del camino, que asustado estaba, iba tan ensimismado que por poco se tropieza con Yandrack




oh, yo no seguiría ese ca-camino...-dijo con algunos tartamudeos,el chico llevo una mano al hombro derecho del vagabundo-¿que hay al final de ese camino?- estaba mas interesado lo que hubiera podido asustar al hombre que lo que le hubiera pasado-nada bueno, definitivamente nada bueno- y lo dijo como si nunca mas en su vida quisiese rememorar lo que le había pasado, Yandrack se alejo de el hacia la espesura, convencido de que había ``algo´´ interesante en aquellos bosques.


El sol se estaba ocultando, y la luz abandonaba poco a poco el valle de los lobos, los aullidos comenzaban a irrumpir desde las montañas pero no eran lo que que buscaba el paladin, allí semi oculto entre la maleza observaba los cambios en el cuerpo de una delicada elfa, la verdad, no le había resultado difícil encontrarla, todos los magos eran capaces de comunicarse tanto con plantas y animales y estos habían tenido a bien decirle que andaba por alli una intrusa peculiar-¿una elfa?, no,una prepotente elfa, la gran mayoria lo son..-  salio a terreno descubierto, no le importaba que la mujer le descubriese,eso si, se habia cuidado que de ocultar su rostro bajo la capucha...

Sentí una presencia detrás de mí. No me giré, no quería que él, o ella, o lo que fuera se percatara de que yo conocía su existencia.
A veces la mejor forma de atacar era por sorpresa, y si él creía que el ataque era sorpresa yo podría tener una enorme ventaja.
Mi respiración no se aceleró ni un ápice mientras olfateaba el aire. El viento estaba a su favor así que no me venía olor alguno...
Maldije por lo bajo, lo suficiente como para que no lo oyera y estiré el cuello dejando mis hombros al descubierto.
La tranquilidad y la calma eran primordiales en ese tipo de situaciones. Yo no quería matar a nadie, y menos aún que me mataran.
Sacudí mi pelo, cayendo en la cuenta de que estaba completamente desnuda...
Me sonrojé y sonreí. Si aquello no era un animal...
Abrí la bolsa que llevaba a mi espalda, buscando alguna prenda de abrigo.
"Nota mental: ve a comprar algo decente." No sabía muy bien dónde podía ir a comprar así que tendría que descubrirlo.
"Nota mental de la nota mental: descubrir dónde comprar algo."

Me puse una camisola blanca y unos pantalones oscuros.
Iba descalza, no habría podido cargar con unas botas ni nada por el estilo, así que las había dejado en mi casa.
Era consciente de que mi observador seguía allí.
Se dejó ver.
Bueno no exactamente. Me giré y le observé en silencio. Era un hombre, o al menos tenía cuerpo de hombre.
Le evalué mientras mi corazón palpitaba levemente más rápido de lo normal. Podría ganarme físicamente, era claro que su fuerza sería superior, o al menos eso parecía. Yo parecía más rápida y ágil y mi condición de elfa ayudaba. ¿Y él? No podía verle la cara.

"Alerta chica" me dije a mi misma. Se me erizó el pelo de la nuca mientras dejaba que él me mirara.
-¿Disfrutando de las vistas?

la muchacha elfa se dio la vuelta, era bella, cualquier hombre podría haberse quedado embelesado mirando su desnudez pero por suerte o por desgracia a Yandrack no le interesaba su cuerpo o al menos eso era lo que tenia asumido


¿Disfrutando de las vistas?- pregunto la elfa, parecía realmente incomoda pero al chico dragon ni le iba ni le venia-es raro ver a una elfa al otro lado del mar y es raro ver a un licantropo solitario pero encontrar a una elfa Licantropa es algo increíblemente curioso - el sabia de buena mano de la naturaleza lobuna de aquella chica,pues ni los arboles ni los animales mienten y como mago habia aprendido hacia mucho tiempo a comunicarse con la naturaleza


dispuesto a conseguir la información que quería se acerco lenta y decididamente hacia ella, e incluso había preparado mentalmente algunos hechizos por si tuviera que usar la fuerza-si me dices por que estas aqui es posible que te deje vivir- su voz sonaba desprovista de cualquier emoción, ahora mas que nunca, tenia que mantener un control absoluto sobre si mismo

Aquel ser era bueno con las palabras. Sonreí al escucharle mientras meditaba mi respuesta.
Mi corazón se calmó cuando se acercó hacia mí y pude olerlo. Era un humano, pero aun quería verle el rostro. El halo de misterio de aquel capuchón me resultaba irritante.
-Podríamos decir que soy una elfa... curiosa.- Sobre todo por el hecho de que me transformaba en lobo.- Además, ¿quien ha dicho nada de ser solitaria?
Sus movimientos eran firmes y seguros, lo que me hizo dudar por unos segundos. Entrecerré los ojos y abrí los brazos lentamente para que me observara sin pensar que iba a hacer un movimiento extraño.

Una risa tímida y femenina salió de mi garganta. No pude evitar mirarle sonriendo ante su frase.
-¿Dejarme vivir? Sería muy poco caballeroso por tu parte asesinar a una civilizada elfa desarmada y que no proporciona resistencia, ¿no crees?
Di un paso lento hacia él. No tenía ninguna intención de hacerle daño, pero quería verle la cara.
-Además ni siquiera conozco el rostro de mi posible asesino, y tampoco la información que desea saber...
Le rodeé lentamente para no alarmarle.
-¿Que quieres saber... hombre?

no has contestado a mis observaciones pero supongo que no se puede esperar mas de elfos, así que volveré a preguntar¿ por que motivo estas aquí?- había detenido su avance, era preferible que la elfa se acercara o seria que el sentía demasiada pereza para moverse¿quien sabe?


se con absoluta certeza que tu no eres peligrosa, al menos en lo que a mi concierne pero no creas que ese juego te salvara, el que juega con fuego se quema, en mi tierra no hay diferencia entre elfos y lobos...los dos son comida- se cubrio la boca con las manos, como si fuera a echarse el aliento para calentarlas(aunque un buen observador sabria que no hacia frio), pero no fue vapor ni condensacion lo que salio de su boca sino unas chispas, que jugetonas subieron por su rostro hasta apagarse, iluminaron el violeta de sus ojos por un  instante


no soy un caballero joven elfa, responde y acabemos con esto


si Jarlaxle estuviera aqui ya estaria intentando seducirla, maldito elfo¿por que tienen que tener tanta prepotencia?- Yandrack estaba recordando a Jarlaxle,el lider elfo que hacia las veces de su subordinado en la lucha contra la inquisicion

-Tampoco has respondido tú a las mías, aunque supongo que no estoy en posición de exigir nada. Debo reconocer que te tengo miedo, pero también que no tengo ganas de morir hoy.
No veía por qué ocultarle información a aquel humano, ni me beneficiaba, ni me perjudicaba o al menos lo pensaba.
-No entiendo por qué piensas que es un juego... No estoy en absoluto jugando, solo intento ser amable...- dije encogiéndome de hombros. -Aunque creo que no funciona contigo...- murmuré.

Acababa de ver sus ojos, iluminados por algo. Eran violetas, violetas no como unos ojos pueden tener un haz de luz violáceo, si no violetas en el significado entero de la palabra.
-En mi tierra... todo lo que no sea un elfo se consideraría escoria.- dije escupiendo, recordando a su padre, que tan mal parados dejaba a todos los que no fueran de su especie pura. Memeces...

-Vengo a la escuela.- dije resignándome, agité mi cabello largo hasta la cintura para apartarlo de mi rostro y lo miré. Estábamos cerca y pude atisbar sus facciones.- A estudiar a La Torre.

a la torre...- soplo entonces una brisa y la capucha retrocedió, revelando el rostro de Yandrack en su total plenitud,su cabello plateado parecia brillar(efecto provocado por el fuego contenido), el parecía absorto en sus pensamientos, si se había dado cuenta no dio muestras de ello


estoy cansado de esa escuela- se dijo mentalmente mientras entornaba los ojos para mirar directamente los de la elfa, era una costumbre que como dragón no podía evitar,los dragones son seres muy sensitivos y versados en ver o intuir a través de los ojos de los demás, las miradas se cruzaron, por algún motivo no le desagradaron esos ojos azules, tan profundos como el cielo y el mar, por ello llego a la conclusión de que decía la verdad


si pretendes estudiar en la torre mas te vale tener cuidado, los magos son tolerantes pero siguen siendo humanos, tan mezquinos como los demas, en realidad tienen mucho en comun con los elfos si lo piensas detenidamente-

El viento me reveló su rostro. Mi boca se abrió levemente cansada de sonreír. Le observe detenidamente mientras me fascinaba con sus facciones.
Era tan... diferente.
-No te imaginaba así- le dije sincera. Su cabello era lacio y plateado, brillante, con un brillo que se me semejaba casi... antinatural.
Suspiré mientras me imaginaba en La Torre. No sabía muy bien que saldría de aquello pero quería intentarlo. El verdadero motivo era mi hermano pero si me llevaba conocimientos mágicos... mejor que mejor.
Me miró a los ojos. Su mirada parecía atravesarme, y me puse nerviosa instantáneamente.

-Vaya... ¿en serio? Entonces puede que me haya equivocado de sitio...- dije apoyándome en un árbol con total sinceridad. Si bien era cierto que yo misma era a veces orgullosa y muy dolida con mi ser, rechazaba la actitud superior que muchos de los míos practicaban. No era una elfa perfecta y humilde y eso... pero me consideraba distinta.
Los pies se me estaban congelando. Sacudí uno de ellos y le miré esperando una respuesta.

Yandrack seguía observando a la chica-No te imaginaba así- y aunque su reacción parecia sincera el joven mago  nunca sabia exactamente como debía responder-y todavía me preguntaba ese elfo por que llevaba capucha,mejor no le cuento esto


Vaya... ¿en serio? Entonces puede que me haya equivocado de sitio.- se removió inquieta y fue entonces cuando el draconiano pensó que había tergiversado lo que quería decir-no me malintepretes, seguro que es tan buena escuela como cualquier otra pero para los elfos es mejor aprender en la escuela del bosque dorado- dijo mientras se acerco a ella un poco mas, quizas fuera el hecho de que estaba desnuda o tal vez el que Yandrack la hubiese intimadado demasiado pero al mago le dio la impresion de que estaba enfriandose a una velocidad nada desdeñable, asi que resuelto el misterio acudio a sus poderes innatos con el elemento igneo para subir un poco la temperatura-pese a que tu cuerpo pueda resultar una vista agradable te recomiendo que te vistas, las noches en este valle son extremadamente frias

Me quedé pensando... No sabía muy bien que responder.
-Puede que tal vez lo que busque sea alejarme de los míos y lo que los míos harían...- contesté mirándole a los ojos. Tenían algo atrayente.
Se acercó a mí y sentí al instante el calor que desprendía. Debía de tener unos veinte años, quizá algo menos. Me pregunté que tenía aquel chico que me inspiraba tanto... respeto.

Me dí cuenta de que prácticamente ya había anochecido, y yo aun seguí allí desnuda delante de él. No me molestaba aquel hecho, sabía que estaba en forma físicamente y mi cuerpo no era algo que escondiera, sobre todo en mi forma animal, pero el frío empezaba a entumecer mis extremidades.
Me ruboricé ante su observación, y sin alejarme de él y su mirada, agarré la bolsa y saqué una camisola y unos pantalones de piel, y me los puse. La camisola blanca no abrigaba demasiado pero al menos mantenía algo más mi calor que mi propia desnudez.
Aspiré el aire frío, y dejé que llenara mis pulmones. Me intrigaba, quería preguntarle cosas, pero dudaba de que fuera a darme una respuesta, así que guarde silencio mientras el sol se ocultaba del todo.

con que alejarte de los tuyos...-esa frase le resultaba francamente familiar, quizás porque el había vivido algo parecido cuando vivía junto a otros dragones, el que fue un dragón benévolo la mayor parte del tiempo, si, con el tiempo no solo la marginacion de los suyos sino también los ataques de humanos,elfos y enanos, que o bien buscaban fama o bien buscaban riqueza, luego sucedió todo, los dos hermanos, el nigromante, la explosión, su metamorfosis, su llegada a la torre desmemoriado y medio muerto...¿por que aquella elfa le recordaba lo peor de todo su pasado?¿no estaría pasando ella por algo parecido?, echo esos recuerdos a un lado, junto con las emociones a las que estaban atados


Yandrack espero a la muchacha se vistiera,creyó observar que su cara había adquirido una tonalidad mas rojiza de lo normal, cosa que creaba un bonito efecto teniendo en cuenta su pelo-¿cual es tu nombre?- le pregunto cuando ya estuvo mas presentable, se acerco un poco mas a ella solo para que el efecto de calor la envolviera-le sacare toda la información que pueda, quizás me cuente algo util, ademas, tener un contacto en la torre podría serme de ayuda en el futuro - y se dijo que si cierto elfo le viera soltaria una gran carcajada ``¿te estas ablandando?´´-casi podia oirlo,no, era una elfa


que la chica pudiera haber sufrido una situacion similar a la suya no significaba nada... o eso se repetia, elfos,humanos,enanos-mis dolores de cabeza- se dijo pensando en las diferentes razas

-Todos tenemos un pasado oculto...- dije pensativa.- ahora estoy mejor...- me había vestido y su cercanía me proporcionaba un calor bastante agradable.
No sabía que estaba haciendo allí con él, temía que no me dejara marchar y aunque por el momento no tenía intención de llegar a la escuela pues me encontraba tranquila acompañada por el chico, me preocupaba el hecho de que al final no me permitiera llegar a mi destino.

Incliné la cabeza a un lado y miré al suelo mientras él guardaba silencio. No quería interrumpir sus pensamientos. Parecía sumergirse en su propio mundo mental...
Cuando el chico me preguntó por mi nombre titubeé. No sabía muy bien qué nombre darle, ni si eso me causaría algún perjuicio. Si hubiera querido hacerme daño lo habría hecho ya, supuse...

-Me llamo Emmäsh, pero llámame Emma es más fácil de pronunciar y... bueno me gusta más, aunque sea menos élfico.- sonreí.
Empezaba a entrar en calor, y la luna que ya había aparecido provocaba en mi piel cierto resplandor. La loba se había despertado influenciada por la noche así que doble mis esfuerzos en mantenerla encerrada.

-¿Puedo saber tu nombre?- a la luz de la luna sus ojos eran aún más inquietantes y bellos a la vez.

Me llamo Emmäsh, pero llámame Emma es más fácil de pronunciar y... bueno me gusta más, aunque sea menos élfico-aquellas palabras lo sacaron de su ensoñación,ella sonreía y ante tanta amabilidad Yandrack no pudo seguir en tensión,eso si, mantuvo su gesto habitual-no se comporta exactamente como había supuesto...



¿Puedo saber tu nombre?- aquello lo descoloco pero accedió de buena gana, al fin y al cabo ella le había dado el suyo y no parecía mentir-Yandrack-dijo solamente mientras seguía mirándola a los ojos-¿no querías llegar a la torre? quizás prefieres pasar la noche aquí...

Él aceptó a darme su nombre y yo me relajé al oir su pregunta.
-Encantada Yandrak, de conocerte y de que me dejes vivir...- dije irónicamente, con una sonrisa en los labios.
Me encogi de hombros, la verdad lo que Yandrack me había comentado previamente me había dejado pensativa, y no sabía si aún quería ir a La Torre.
No sabían de mi llegada, pues obviamente nadie había acordado mi ingreso en la escuela pero supuse que no habría problema.

-Quiero llegar a la Torre pero... no tienen ni idea de que existo, ni de que me dirijo allí.- me sonrojé, dándome cuenta de mi error. No había pensado en eso.
Había salido corriendo de mi casa y había puesto rumbo a la escuela sin ninguna preparación. Había sido muy estúpida.
Suspiré avergonzada.
Con lo premeditado que parecía aquel humano y yo me había lanzado sin pensar en las consecuencias.
-Menuda idiota...

Encantada Yandrak, de conocerte y de que me dejes vivir...- Yandrack sonrió levemente al oír aquella ironía- no eres el peligro que me había imaginado- y suspiro mientras la elfa comentaba su situación


Quiero llegar a la Torre pero... no tienen ni idea de que existo, ni de que me dirijo allí- ante semejante respuesta el chico no pudo por menos que volver a sonreír, para ser una elfa era muy despistada¿seria por que era una licantropa? no podía saberlo pero era curioso



creo que yo podria ayudarte con eso, al menos como pago por haberte incomodado, puedo teletransportarnos hasta Ereaten y alli pagar una habitacion para que pasaras la noche¿te parece bien? Emma

Sonreí ante su inesperada respuesta.
-Puede que solo haya fingido ser inofensiva y me lance sobre tu cuello en cualquier momento...- dije bromeando.

Vi su sonrisa ante mis despistes lo que me hizo avergonzarme aún más. Retorcí mis manos mientras escuchaba su propuesta.
Una habitación... Era una maravillosa idea. Sobre todo porque seguramente también podría comprar alguna cosa necesaria para mi nueva vida de alumna.
Asentí.

-Me parece genial, muchas gracias Yandrack...- al final había resultado ser... amable... Cuando pronunció mi nombre lo hizo de una forma extraña. Yo lo escuché extraño. No por la pronunciación. Mi nombre en su boca sonaba...
Era dificil de explicar.

entonces estamos perdiendo el tiempo, vamos,- y mientras lo decía la agarro suavemente por la muñeca derecha, hizo con la otra mano un pase mágico usando el hechizo del aire de la teletransportacion, con lo que en un instante ambos desaparecieron del claro



sera mejor no mezclar a Caroline en todo esto- y era cierto, habia trabajado para ella como guardaespaldas y la noble acostumbraba a mostrar una conducta jueguetona y provocativa, no pensaba que sintiera nada por el pero tampoco queria arriesgarse a perder a un valioso contacto en la ciudad, las mujeres eran muy extrañas y sabia que era mejor no que no se juntaran, algo se lo decia-no se que es peor, que el poder del nombre me acabe cambiando el caracter o que este pensando como un humano, maldito nigromante, con lo comodo que estaba yo durmiendo en mi cueva