Había bajado a los establos a dar de comer a mi caballo, Ashki, era blanco con las crines de color chocolate y con una mancha negra en la para trasera izquierda, normalmente no bajaba demasiado a verle, estaba demasiado ocupado con mis estudios mágicos, pero ahora que los había acabado tenia mucho tiempo libre, por lo que bajaba varias veces al día a darle de comer o a cepillarle las crines o limpiarle los cascos. No estará arto de comer siempre alfalfa? con este pensamiento, fui a las cocinas de la escuela a por una manzana o una zanahoria o algo, al final volví con una manzana roja y tres terrones de azúcar, que se comió gustosamente.

Cuando acabé de darle de comer a Ashki, me dirigía a la salida del establo cuando una mujer humana vino    hacia mi, pero me di cuenta de que no usaba sus pies sino que flotaba, no me sorprendió yo también podia levitar era un hechizo muy sencillo, no, lo que me sorprendió fue que no parecia haber hecho ningún hechizo, además de que notaba algo extraño en ella, cuando me alcazó posó sus pies en el suelo y me dijo que la perdonase por llegar tarde, me lo dijo con total naturalidad como si nos conocieramos de toda la vida, además me dijo que era mi Kai, esa palabra era elfica y los elfos la utilizamos para denominar a los compañeros de los Kin-Shannay unos seres de gran poder que eran capaces de comunicarse con el mundo de los muertos.                                                                          

-Perdon?.-era lo unico que se me ocurria decir. entonces me acordé de que eran los Kai.

-Estas...muerta?- nunca habia hablado con un espiritu, a pesar de mi afinidad para la magia del agua nunca lo habia intentado.

Cuando me dijo que murió hace muchos años vi como su cara reflejaba una profunda tristeza y me sentí un poco mal por ella, me preguntó si nunca había visto a un fantasma.

-En realidad no, he visto demonios, pero nunca a un fantasma por lo menos en mi mundo.- si había visto un fantasma cuando intente abrir una puerta interplanal cuando estudiaba el libro del agua pero fue apenas un segundo, además de que eso no era un fantasma por lo menos no se parecía en nada al fantasma que tenia delante.
Me dijo que si no sabia si tenia este don, la verdad es que no tenia ni idea, pero lo había deducido por lo que me dijo antes, pero estaba un poco contrariado.

-Pues no, yo pensaba que los Kin-Shannay ya nacían sabiendo lo que eran.- me temblaba la voz, pensaba que los Kin-Shannay eran tan escasos en el mundo que nunca me toparía con ninguno y resulta que yo era uno de ellos, me mire las manos como esperando que pasara algo extraño.
Miré a Eva y por un momento casi me pareció ver a través suya pero fue tan rápido que pensé que lo habría imaginado, alargué la mano para tocarle el hombro pero mi mano la atravesó como si no fuera mas que aire, quería saber si no me estaba tomando el pelo, me estaba costando procesar toda aquella información.

Cuando me dijo que solo era una alma sin cuerpo se me puso los pelos de punta , estaba hablando con un muerto, con un muerto, por mucho que me lo repetía seguía sin creérmelo, pero allí estaba ella una fantasma, ella me dijo que los Kin-Shannay no sabían de su condición.
-Cómo es la el otro lado?- tenia muchas preguntas y ella parecía tener las respuestas.
-Como Kin-Shannay puedo ver a los fantasmas, pero puedo ir a tu mundo sin necesidad de morir? - se me estaba ocurriendo una idea no sabia si era buena idea pero tenia mucha curiosidad.

La descripción del otro lado que me hizo Eva era un poco contradictorio pero no hice comentarios, cuando le comente mi deseo de ir a su mundo casi parecía asustada, me dijo que se necesitaría una puerta interdimensional además de que algunos espíritus eran malignos eso me asustó un poco pero tampoco me iba a quedar mucho rato solo un vistazo rápido.
-Tengo una buena afinidad para la magia del agua, podría crear una puerta interdimensional, pero eso me llevaría mucho tiempo además de una gran cantidad de energía mágica. esto último lo dije casi en un susurro más para mi que para Eva.
Pero las puertas interdimensionales solo eran una forma de comunicarse con otras dimensiones, viajar entre dimensiones es algo casi inalcanzable.''Porque no querrá que valla a su mundo, tan terrible es?''

Eva tenia razón no podía cruzar la puerta interdimensional y mantenerla abierta al mismo tiempo, por muy bien que se me diese la magia del agua necesitaría la ayuda de otro mago consagrado o ser archimago, cosa improbable, decidí desistir de mi idea de viajar al otro lado.

-Esta bien, dejare a los muertos en paz- era lo mejor, molestar a los espíritus podía ser fatal.
Después de echar un vistazo al rededor me dijo que si tenia cosas mas importantes que hacer, como seguir estudiando o viajar.

-En realidad como verás por el color de mi túnica, yo ya he terminado mis estudios mágicos, pero el especializarme en una magia mas concreta si me interesa, viajar... eso si me gustaría hacerlo, visitar otras escuelas o recorrer aventuras por todos los reinos y visitar Garnalia. recorrer el mundo en busca de aventuras es algo que si tenia pensado hacer pero había decidido que esperaría un poco ya que acababa de conseguir la túnica roja hace no mucho tiempo.

Me preguntó que por donde tenia pensado empezar, estaba pensando sobre eso cuando me dijo que podría enseñarme la escuela del lago de la luna.

-Me encantaría, en realidad tenia pensado estudiar allí, quiero especializarme en magia chamanica y la escuela del lago de la luna es el único sitio donde imparten este tipo de magia.-
trasladarme a esa escuela para estudiar era una gran oportunidad de viajar, correr aventuras y conocer gente nueva, cuanto mas lo pensaba mas ganas tenia de partir. Había oído hablar antes de la escuela del lago de la luna, se encontraba en el reino de la noche, por lo que como indica su nombre, allí no se veía el sol, era una noche eterna.

-La verdad es que nunca he tenido mucho contacto con humanos, espero que no les sorprenda ver un elfo por allí.- en realidad la única vez que había tenido contacto con un humano no salió muy bien, era un licántropo y casi me mata.

Eva también era humana, ''O lo era antes de morir'' y parecía muy amable.

Eva parecía muy emocionada por el hecho de que estudiase en la escuela del lago de la luna, me dijo cosas sobre la escuela que hicieron que me entrasen todavía mas ganas de partir,  pero antes de partir en dirección Garnalia me preguntó si podría enseñarle la escuela del bosque dorado, ''Claro, a los humanos no se les permite estudiar en la escuela del bosque dorado, esto es un privilegio reservado para elfos''

-Por supuesto que puedo enseñártela.- con esa intención le hice un gesto para que me siguiera, entré a la escuela pensando que podría enseñarle primero, se me ocurrió que lo mejor seria ir desde abajo hasta arriba, entre en el comedor, había tres largas mesas, una el centro y dos a los lados, las mesa ya estaban puestas, con docenas de platos y copas de cristal brillaban a la luz de los candelabros encendidos, en las paredes, cubiertas de grabados en oro, había montones de grandes ventanales, que mostraban el atardecer.

-Este es el comedor, como ves decorado al mas exquisito gusto elfico.- dije haciendo un movimiento con la mano, para dejar paso a Eva, la verdad es que los elfos siempre lo decoraban todo, con joyas o gravados en metales preciosos.-Esa puerta del fondo del comedor, da a las cocinas, pero no podemos entrar, la cocinera siempre se enfada si la molestan, incluso le planta cara al señor de la escuela, algo que pocos elfos o magos se atreverían a hacer.- cuando Eva lo hubo visto todo, seguí el camino hacia las escaleras, talladas en mármol, hacia las habitaciones,
-La mayoría están cerradas, ya que a la gente no le suele gustar que fisgoneen en sus pertenecías.-, camine por los pasillos, repletos de puertas talladas en madera de roble que mostraban volutas y espirales, seguí por los pasillos hasta el centro de la escuela, subí un tramo de escaleras y me pare en una gran puerta doble hecha de oro puro y joyas, con grabados de todo tipo, y estrellas de ocho puntas, arriba del todo había un grabado en oro blanco, escrito en arcano. pon a prueba tu poder, bajo tu cuenta y riesgo
-Esta es la sala de pruebas.-, con leve empujón de mis manos las grandes puertas se abrieron dando paso a una gran sala, en el centro había un circulo dibujado rodeado de signos arcanos, en el techo habían tres lámparas de araña, una brillaba con luz verde, otra con luz morada y otra con luz roja, al final de la habitación habían una gran silla decorada.

-Sigamos.- dicho esto me di la vuelta y seguí un par de pasillos mas hasta pararme en una gran puerta blanca donde ponía Enfermeria , me acordé de que Eva era humana y no sabia elfico.

-Esto es la enfermería.- abrí la puerta, dentro había casi un centenar de camas con suaves sabanas, había estanterías llenas de paquetes.-Ha hi están las medicinas, pero los enfermeros suelen usar la magia para curar a los heridos, antes que las medicinas.- allí no había mucho que ver por lo que seguí escaleras arriba hasta encontrarme con un pequeño pasillo con varias puertas talladas en madera.

La de enfrente son los aposentos del señor de la escuela, la de la izquierda su laboratorio y la de la derecha su despacho.- ya no había mucho mas que enseñarle así que me detuve y la mire por si tenia alguna pregunta.

Eva parecía maravillada con cada una de las salas de la escuela que le mostraba, cuando alcanzamos las dependencias del señor de la escuela, me dijo que echaría de menos esta escuela, era cierto, la echaría de menos, había sido mi hogar durante toda mi formación.

-Lo se...- dije solamente, mirando las paredes de la escuela con cierta tristeza, dejar la escuela me hacia sentir triste.

También me prometió que la escuela del lago de la luna me encantaría, esto también lo savia y por esta razón, mis ganas de irme al reino de la noche aumentaron.

-Estoy seguro de que me encantara.- le dije con una sonrisa.